Tenía cuerpo de luna
enlutada de violeta
y cara de no haber dormido
ni siquiera una imaginaria
completa
cuando se le aceitunaron los
ojos
y el brillo oleoso le nacía
bajo los párpados
como de un recóndito río
caudaloso.
Tristezas de amor, fue el
diagnóstico
del galeno cuando observó
que le caía
una gota de cuarzo negro
que se perdió al alcanzar
la comisura de sus labios.
Su voz era una trasparencia,
un tul
agitado por la brisa
como banderola de la feria
amenazada por la lluvia
o espiga seca que mayea.
Oh amor, soledad
adolescente,
oh revolera que mueve la
brisa
y que el viento violenta.
Apóyate en mi pecho
y duerme la pena de ese amor
que te constriñe y aqueja.
Cuánta generosidad albergan estos versos. Un poema delicioso de leer en fondo y forma.
ResponderEliminarEres muy generosa conmigo, Carmen. Sólo quien está seguro de sí dice estas cosas a otro.
EliminarBesos.
De tantas vueltas que la vida me ha sometido por he convertido en un ser de corazón algo mustio, ajado... Tus poemas me devuelven el romanticismo entre mi trabajo y mi escaso tiempo para lo noble.
ResponderEliminarTe agradezco tus bellas palabras, Vicente. No tengas miedo de mirar de cerca: arrimaditos es más fácil ser románticos.
EliminarUn abrazo.
Te agradezco tus bellas palabras, Vicente. No tengas miedo de mirar de cerca: arrimaditos es más fácil ser románticos.
EliminarUn abrazo.
El título del poema me ha traído a la memoria a un cantautor, Hilario Camacho, ya fallecido, que tenia una canción titulada "tristeza de amor" que al mismo tiempo era banda sonora de una serie de TV en los años que solo había una sola y se titulaba de igual manera.
ResponderEliminarSaludos
Tienes razón, Emilio, pero no caí en esa cuenta a la hora de escribir. Es una canción que sonó tanto como tu silencio de vacaciones. Espero que hayas disfrutado mucho.
EliminarUn abrazo.
Quien las probó lo sabe.
ResponderEliminar(Con permiso de tu tocayo).
Un abrazo, Paco.
Sí, Cayetano, es más fácil acercarse a las cosas cuando se han experimentado.
EliminarUn abrazo.
Triste pero bello. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Amapola, espero que no te entristezca esta lectura.
EliminarBesos.
...y es que el amor nos toca el corazón, como un niño juguetón...Hasta que comenzamos a madurar y nos damos cuenta de que el amor incondicional es nuestra meta y nuestro destino.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo siempre.
M.Jesús