Cuando soy débil,
entonces es cuando eres más fuerte.
Cuando me agita la brisa
o me abate el huracán
y me tomas de la mano como
maroma,
entonces es cuando eres más
fuerte.
Cuando la meteorología
me viste o me desnuda
y tras los escalofríos viene
la fiebre,
entonces es cuando eres más
fuerte.
Cuando busco refugio en tu
pecho
abofeteado por la mentira
y la difamación que tanto me
hiere,
entonces es cuando eres más
fuerte.
Cuando mis pesares no me
dejan pensar
y no encuentro sosiego ni
logro dormir;
cuando me recoges en la
dársena de tus brazos,
entonces es cuando eres más
fuerte.
En las duras y en las maduras.
ResponderEliminarSaludos, don Francisco.
En la salud y en la enfermedad...
EliminarUn fuerte abrazo.