Pasan los días, pasan las
horas,
cambian las mareas
y hasta nos cambiamos una y
otra vez
de indumentaria;
pero aquí no pasa nada
que no sea esta atadura
deliberada a ti,
a la que sometí mi voluntad:
no pases de mí
ni tampoco me desates.
No paso de ti, te invito al blog de mis cosas que esta enlazado con cosas de mariajeesus que creo que te gustara
ResponderEliminarsalud
Gracias, María Jesús. Me ha parecido muy interesante.
EliminarUn abrazo
Saludos Francisco, leo tu deseo y miro esas amarras que deben hacerte muy feliz. Hay amores tangibles, intangibles, cercanos, lejanos, constantes o pasajeros. Sea cual fuere el tuyo, te aseguro que eres muy valiente y deseo que nunca te desaten.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y feliz semana. (Constato que no se ha actualizada mi última entrada en tu blog).
Muchas gracias por venir a leer y comentar, Ceciely.
EliminarUn fuerte abrazo.
Esas ataduras no atan..ni amarran...dan libertad para volar en compañia...lindas letras...bss
ResponderEliminarUna atadura concertada no es presidio sino compromiso. Muchas gracias, Diva.
EliminarBesos.
Pasan los días y nos hacemos más viejos, no se si más sabios.
ResponderEliminarSupuestamente también más sabio. Lo primero está garantizado; lo segundo condicionado al desarrollo de cada uno.
EliminarUn abrazo.
Como va a pasar de ti , si se lo pides con este bonito poema. Un abrazo .
ResponderEliminarEl amor es una conquista de cada día, Chelo.
EliminarUn fuerte abrazo.
De ahí viene lo de "esposa". Atadura pero consciente. Sarna con gusto no pica.
ResponderEliminarSaludos a don Paco.
Las palabras lo expresan todo, amigo Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Cada día hay que conseguir que esas ataduras sigan bien "amarrás"...
ResponderEliminarDe ti seguro que no pasará...
besos y cariños, amigo Paco!
;)
Vaya cambio de "luk", parece usté un artista queriendo pasar desapercibido! Jejeje!
Mil gracias, cariño mío. Eres un sol más brillante que los metales del Guggenheim.
EliminarBesos.