Sobre la mar,
una densa nube
aletea gorjeos blancos
con ribetes negros;
una masa móvil
de patas y picos
como duna de algodón
que sobrevuela
capital captura.
Sobre mi cabeza,
la añoranza
que ha de comenzar
a latir en mí
mañana mismo.
Sobre la mar,
aletea incesantemente
mi deseo de volver,
y me envuelve
cuando aún no me he ido.
Las prisas nunca fueron buenas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por supuesto que no, por eso me despido con dos días de antelación.
EliminarBesos.
La mar o el mar es que tira mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tira la infancia y todo lo que a ella conlleva, Emilio.
EliminarUn abrazo.
¿Operación retorno?
ResponderEliminarSaludos, amigo Paco.
Hoy andamos de despedida y mañana de equipaje. ¡Qué lío tan caudaloso, Cayetano!
EliminarUn abrazo.
Mañana ya tomo de nuevo el tren que me aleja de la mar,mientras tanto pienso
ResponderEliminaraprovechar este último dĺa.
Besos
Así lo espero, pero la semana próxima estoy seguro que añorarás la musicalidad de las olas.
EliminarBesos.