Canción estridente
de voces enfrentadas:
el autobús vocifera;
cruce de líneas
que acogotan y distorsionan;
todos hablan,
nadie escucha
en el vocerío;
la sordera y el murmullo,
palabras entrecortadas
entre frenazos y acelerones.
¿Por qué hablamos a voces?
En el autobús, por la calle,
en el café, con el móvil…
¿Por qué ese pregón
vocinglero de intimidades?
Ha emigrado el pudor
y la convivencia
chirría por falta de lubricante,
educativo, tal vez.
Es típico español, si no hablamos a voces parece que no nos escuchan, y cuando nos juntamos unos pocos, mejor callarse.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
Hola Francisco, un poema lleno de verdades. Creo que en todos lados es igual. Escuchando, uno se entera de mil cosas y mil cosas nuestras ventilamos en las conversaciones para otros. Un poema para reflexionarlo Francisco. Besos, cuidate.
ResponderEliminarParece que si no se chillan no se entienden , cuando no radica lo propio en hablar más fuerte , sino más claro.Posiblemente la convivencia chirría por falta de lubricante educativo , me ha gustado la forma en que lo has descrito.Excelente!
ResponderEliminarUn fuerte Abrazo.
Hola Francisco!!! Con lo bonito que es el silencio y si hay que hablar o escuchar radio, tele,música... todo a un volumen que no moleste!!!! La tranquilidad en el ambiente, en lo que te rodea... influye en la tranquilidad y paz de nuestra alma. BESITOS Y SALUDITOS EXTREMEÑOS.
ResponderEliminarja, ja,ja, Francisco..
ResponderEliminartiene gracias lo del lubricante educativo.
te digo..
que ni gota...
Besos
Tú lo has dicho Francisco, aparte del ansia de ser escuchados, el estrés, el poco interés por lo que pueda decir el prójimo...Bueno, quien sabe, con lo bien que se va lleno de tranquilidad, una conversación de la mejor forma, tranquila, y la Paz, mucha Paz en todos los sentidos, parece que la humanidad se ha olvidado de lo que es realmente importante y de encontrar tiempo para ello. Así va todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que los latinos, los árabes, los chinos y los españoles somos los únicos del planeta que tenemos esa fea costumbre.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenas preguntas te haces hoy, Francisco. Parece que no tenemos vida interior, todo lo echamos por la boca, sin necesidad que nadie nos eschuche. No tenemos remedio. Saludos.
ResponderEliminarjijijijijiji la verdad que cuanta razón tienen tus letras poeta ,¿ porque será que siempre hablamos tan alto?, muchos besinos de esta amiga admiradora.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Francisco,tienes razón, ¿cuando aprenderemos a moderar nuestro tono de voz? A nadie le interesa nuestras conversaciones, pero nos empeñamos en que todos se enteren de lo que hablamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá Paco lo que nos pasa a algunos es que andamos mal de la oreja ya. Debe ser un mal muy extendido incluso entre los jóvenes. Saludos
ResponderEliminarYa veo que no soy el único a quien le molestan las voces, así que sotto voce: gracias a todos.
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