Había aparcado más o menos lejos. La estructura urbanística de Triana, en ese sector, es un como un pueblo arrabalero de callejas intrincadas y sombras perfumadas de geranios y gitanillas; en la plazuela de Santa Ana, junto a esa supuesta catedral, media doce de bancos de forja invitan al descanso ofreciendo la sombra; el calor aprieta y el sol parece no tener prisas en entrar en el otoño a una semana vista. He sido alegremente reconocido y recibido sin necesidad de identificarme. Fátima es un cielo de mujer. Ha sido poco tiempo porque le esperaban para el comienzo de una actividad y no he querido que se demorara por culpa de mi inoportunidad. Detrás de sus gruesas gafas él me ha dedicado una sonrisa tierna y un abrazo sincero.
“Quiero reintegrarme en la sociedad como una persona totalmente normal, esa es mi meta; te lo prometí y aquí voy a seguir; no voy a fallarte”. Esa es la buena sensación que me llevo y la esperanza que me abriga. En su día le acompañé a la institución, después de largo tiempo de desamparo y noches durmiendo al sereno. ¿Sereno? La calle acaba con la serenidad de las personas; la calle es como la oscura boca de un dragón que te fagocita y te quema, te incinera y te hace irreconocible y un desecho social.
Cuando Fátima le avisó de mi presencia, se acicaló y bajó las escaleras como lo hacían los galanes de revista, todo él compuesto. Nos hemos fundido en un abrazo y me ha pedido más, más tiempo, más frecuencia. Nos hemos sentado brevemente en el patio y hemos charlado hasta donde podíamos; ha aumentado de peso, se le ha aclarado la piel de intemperie que tenía, pero le queda un rictus de tristeza. Ya son nueve meses; el mismo tiempo que se tarda en gestar una vida y él sigue empeñado en restañar la suya. Lo que alcanza mi vista es todo orden y disciplina amable. Yo vuelvo sobre mis pasos y me alejo llevándome las ganas como promesa de una nueva oportunidad. La doctora estaba reunida, pero me tiene bien informado: aún queda mucho por hacer.
Francisco...he leído varias veces el escrito y son varias las cosas que me vienen a la mente sobre quien podría ser la persona detrás de los lentes...pero indistintamente quien sea, mis deseos y mis rezos porque pueda salir y reintegrarse no digamos a esta sociedad sino a una vida normal...
ResponderEliminarTodos cometemos errores, todos en su momento llevados por una juventud inestable hemos caído en algún escalón, algunos salimos y proseguimos, a otros se les hace mas duro salir pero si cuentan con alguien como tú para estar a su lado estoy segura que lo ha de lograr...
Un abrazo cariñoso para ti...
Perdona Francisco, ¿quien es él?, ¿familiar?, ¿amigo?, ¿conocido?, faltan datos, o me he perdido en alguno. Un abrazo
ResponderEliminarHola Francisco: A él o a ella, cuando lo veas o la veas, dale un abrazo muy fuerte. De todos tus seguidores pues seguro es que ninguno se lo negará. Ángel
ResponderEliminarMuy loable la labor de apoyo a esta persona metida en problemas probablemente producto de miserias, desestructuración familiar, desarraigo social,alcohol, drogas...todo esto hace que muchos jovenes acaben en la calle indigentes y en mal estado...ellos quieren integrarse y si es verdad, hay que darles tiempo y a veces...no pueden.
ResponderEliminarEstimado Francisco , es admirable esa labor que estas haciendo por ayudar a esa persona , no sé si es familiar o solo amigo suyo , pero ayudarlo de esa manera incondicional demuestra la calidad de persona que tienes .No sé cual es la transcendencia de su problema porque no lo especificas , pero supongo que en la vida se pueden cometer errores y a veces se puede necesitar una mano de ayuda para salir de ellos.Seguro que logrará salir adelante!!
ResponderEliminarUn fuerte Abrazo.
Es reconfortante ver que a veces se consigue, otras no. Tuvimos un caso de un chaval jóven. Tres años rehabilitado y con trabajo. Después volvio al cobijo de los cartones. Otros no quieren ni oír hablar de ello. Tenemos una mujer con una buena familia y tiene una hija. Y no hay manera de rehabilitarla. Vuelve a las andanzas y la familia solo queda para sacarla de apuros cuando cuando roba en el super.
ResponderEliminarQueda mucho, muchísimo por hacer, porque las personas como tú se cuentan con los dedos de una mano y hay cientos de necesitados deambulando hacia ninguna parte.
Yo me imagino que es esa persona de la que en una ocasión nos hablaste, alguien que ha tenido la suerte de encontrarse con un angel llamado Francisco que le ha ayudado a salir de la calle y reintegrarse en la sociedad.
ResponderEliminarLe deseo toda la suerte del mundo, que nunca le falten las ganas de luchar, y sobre todo que tú estes siempre ahí, a su lado, dispuesto a ayudarlo siempre que sea necesario.
Un beso y un fuerte y calido abrazo
Tienes que estar muy orgulloso de que alguien se sienta en deuda contigo y su empeño sea no defraudarte. Si esa persona se lo propone en serio, y con tu ayuda, saldrá del abismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola!!! Pero qué buena gente eres!!!! Es muy loable todo esto que haces piensa que en esta vida nos hemos vuelto tan egocéntricos que en muchas ocasiones los demás nos pasan desapercibidos aunque en este mundo que nos ha tocado vivir dicen que... hay que doler de la vida para encontrar en sentido!!! BESITOS Y SALUDITOS.
ResponderEliminarHay tantas y tantas personas que necesitan nuestra ayuda, y no reparamos en ello; lo que podríamos hacer con pequeños gestos... Tú has ayudado y eso debe hacerte sentir muy muy feliz; ojalá todos tendamos más la mano al que lo necesita. Buen fin de semana, Francisco.
ResponderEliminarUn proceso largo y penoso que requiere mucha ayuda y muchísima fuerza de voluntad.
ResponderEliminarTriana no es mal sitio. En la calle Betis, al ladito del Guadalquivir, ponen unas tortillitas de camarones y un adobo que quitan el "sentío".
Un saludo.
Enhorabuena por el corazón tan grande que tienes Francisco. Eres un ejemplo para todos. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Pues más allá del agradecimiento que le demuestra, el amable encuentro con esta persona sigue siendo una buena medicina para ella, una inyección de moral. Un saludo don Francisco.
ResponderEliminarMenos mal q quedan personas como tú: pero me temo que para quien se ha asomado al filo, la vida no tiene demasiado interés , sobre todo a cierta edad; no lo digo por este hombre, que espero q sea feliz y no recaiga,pero los paraísos artificiales es que son muy jodidos.
ResponderEliminarUn abrazo hoy por tu buena fe.
(Reyes)
Esa labor tuya es una de las razones por la que tienes la fuerza y el optimismo que transmites en cada una de las entrada de este blog.
ResponderEliminarGracias por todo lo que compartes.
Un beso.
No soy tan maravilloso como algunos pensáis, más bien todo lo contrario, pero es cierto que me empeño en hacer modestamente el bien.
ResponderEliminarYo también recibo una ayuda muy importante de vosotros, de vuestra comprensión y comentarios. Un fuerte abrazo.
ayudar a los demás es la mejor manera de ayudarnos a nosotros mismos. La manera de dejar "miguitas de pan" en el camino para que cuando nos perdamos alguien nos encuentre...
ResponderEliminarun abrazo amigo Francisco desde el maestrazgomagico.blogspot.com