¿Alguien podría calcular el dolor
latente en un gran hospital?
¿Peritar las lágrimas secas y las otras?
¿Computar las penalidades ajenas?
¿Recontar los padeceres del alma?
¿Medir las dudas de las angustias?
¿Tantear los baremos de los males?
¿Determinar el fiel de los sufrimientos?
¿Evaluar las oscuras aflicciones?
¿Escrutar las punzadas por minuto?
¿Valorar los gemidos del silencio?
¿Tasar las dolencias del abandono?
¿Estimar la escarpadura de los calvarios?
¿Inventariar las arduas quemazones?
¿Enumerar los picos de los espasmos?
¿Investigar los suplicios de la noche?
¿Contar las convulsiones del espíritu?
¿Apreciar con todo rigor los dramas?
¿Catalogar los tormentos de las curas?
¿Cubicar los achaques por metro cuadrado?
¿Sabes tú acaso, lector, lo que pasa
por las tripas de un gran hospital?
Eso y mucho más, amigo, trabajar durante muchos años en un hospital te hace ver la vida de una manera especial y afrontarla tambien de forma diferente....
ResponderEliminaren constante contacto con el dolor,el sufrimiento, las tristezas hasta mas allá de lo soportable, con la muerte...
por eso es tan importante vivir el dia a dia como un regalo... que las cosas vienen aunque no quieras.
Saber todo en su totalidad...no...Pero han sido varias las veces que he tenido que pernoctar en un hospital ya sea de inquilina o en calidad de acompañante....Lo que se ve no tiene medida...el dolor es incalculable..indefinible...
ResponderEliminarMi respuesta es que no siempre, pero casi todos hemos entendido y padecido alguna vez para poder responder tus preguntas.
ResponderEliminarHaber sufrido te permite entender el dolor ajeno.
Un abrazo.
Hay tanto dolor en un hospital que es casi mejor no poderlo calcular. Tal vez valga más la pena pensar en la alegría de unos padres y "abuelos" que ven a un niño cuando llega al mundo o la satisfacción de médicos y enfermeras que ayudan a salvar vidas y la emoción de los enfermos cuando son dados de alta.
ResponderEliminarTantas cosas ocurren en un hospital.
Desde esta semana todas esas vivencias serán las de mi hijo, porque comienza su tiempo de prácticas y estudio en un hospital.
Un beso.
Mi querido Francisco, entiendo lo que nos quiere transmitir. El dolor no se puede calcular, tan solo experimentar. He trabajado durante 20 años antes de ser monja en la U.C.I y urgencias de varios hospitales así como en la unidad de cáncer, nunca me acostumbre al dolor ni a ver ir y venir a la muerte, pero esa experiencia te hace ser una persona más positiva, y afrontar la vida mucho mejor. Vives agradecida
ResponderEliminarGracias
Con ternura
Sor. Cecilia
Hola Francisco, gran reflexion. Creo que sera incalculable amigo. Hay tanto dolor en el mundo que seria imposible el calculo. Besos, cuidate.
ResponderEliminarVer morir a mi padre ( al cual adoraba) en el hospital es algo incalculable.
ResponderEliminarUn fuerte Abrazo.
Los que tienen que estar desgraciadamente en un hospital, si que conocen/mos bien todo aquello que preguntas. Aunque el dolor es personal, se puede empatizar con la persona que lo padece a otros niveles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Francisco yo si lo sé. Nos hemos pasado 40 años en ellos, (creo que en casi todos) recorriendo urgencias y "veraneando en ellos" con mi padre. Mi hija estuvo al borde de la muerte también. Con mis suegros otro tanto y seguimos con la cuñada. Lo sabemos porque lo hemos padecido. El dolor existe. Y lo más triste es pasar por los pabellones infantiles.
ResponderEliminarDesde entonces se que levantarme cada día es un milagro.
Bss
Hola Paco, alguna experiencia tengo, pero nada comparado con lo que tu has podido pasar y otros de tus lectores, de todas formas, según lo expones impacta y despierta a la realidad.
ResponderEliminarComo dice Katy, "Cada día es un Milagro"
Y cuanta buena gente trabajando en cuerpo y alma para ayudar..
ResponderEliminareso no tiene precio y no se paga con nada.
Saludos
No sé si alguien podría tener un entendimiento cabal de todo lo que dice en la entrada, pero lo que tengo muy claro es que unas horas de observación de lo que ocurre en algunas plantas concretas de un hospital... nos harían posar los pies en la tierra y no tener ningún motivo para vanidades inútiles.
ResponderEliminar................
Estoy pendiente del incendio iniciado en Mijas y que está amenazando Ojén en dirección a Marbella. Deseo de todo corazón que se pueda sofocar muy pronto. Amo a Andalucía.
¿Te imaginas la suma de todos los dolores y sufrimientos de la humanidad desde tiempos inmemoriales hasta la actualidad? ¿Y con el agravante que seguramente, aunque vaya por ciclos, avance en progresión no aritmética sino más bien geométrica?
ResponderEliminarConviene encontrar rápidamente la contrapartida. Beso.
La verdad que es dura la reflexión que haces, Francisco, en forma de poema interrogativo. No, nadie puede contabilizar eso, ni siquiera explicarlo, salvo haberlo vivido en carne propia; es como resolver la cuadratura de una regla de tres. Espero que no tengas que sentirlo en tu propia peil. Que tengas muy buena semana.
ResponderEliminarHola Paco. Como contrapartida creo que podríamos entre todos encontrar preguntas de las cosas buenas de la vida -dentro y fuera de cualquier hospital- y hacer con ellas versos maravillosos.Valga éste:
ResponderEliminar¿Alguien podría calcular los millones de luces que nos acompañan cada noche en el Universo?
Un saludo, Ángel
Como bien apunta MILB, tengo alguna experiencia hospitalaria después de haber pasado 6 veces por el quirófano, pero no me miraba a mí cuando hacía esta reflexión. Estuve hace unos días en el hospital Virgen del Rocío y tomé una fotografía del edificio principal; cuando la descargué en el ordenador me di cuenta de que en la foto no se aprecia las muchas inquietudes y sufrimientos que encierra y pensé que era un motivo para la reflexión. Podría hablar de lo que significa el dolor crónico, de los ruidos nocturnos de un hospital, del aseo sin poder levantase de la cama, de la dependencia transitoria absoluta... Pero no es de mí de quien hablo, sino de mis congéneres y de mi mismo. No somos solos, y mis inconvenientes son grandes frustraciones en otros. Esto quiere ser una invitación a la solidaridad. Gracias por vuestra fantástica sintonía.
ResponderEliminarTomo el testigo, Ángel; otro día hablaré de lo que propones. Sin duda, en mi persona hay más luces que sombras. Lo que he pretendido no es dramatizar, sino poner el foco en que algunos lo pasan mal y merecen un poco de nuestra atención.
ResponderEliminarMedir el dolor como medir el amor, ¿en qué sistema métrico podría hacerse? Una tarea imposible.
ResponderEliminarSaludos.
magna reflexión nos regalas en letras poeta, esta amiga admiradora te desea con cariño feliz inicio de semana, besinos
ResponderEliminarMi querido amigo Marcial me ha avisado de un desliz: "baremar". No me había dado cuenta, pero le justificaba que eso de que la v/b vivan en un adosado (una junto a la otra) me debió llevar al error. Pido disculpas a todo aquel que le haya chirriado o molestado la errata. Y mi agradecimiento público a Marcial, mi fiel escudero.
ResponderEliminarNo es posible. Sentimos nuestra angustía cuando somos nosotros los afectados por la visita propia o de un ser querido, pero hay que hacer un esfuerzo, y conviene hacerlo, por comprender que eso mismo, y a veces más, lo sufren otros. Así somos.
ResponderEliminarViendo el telediario de hoy he visto el incendio que asola su tierra, su querida Ojén. Ojalá lo extingan pronto y detengan a los causantes. Un abrazo.
Cierto Francisco, cuando vas camino del hospital (los que por una razón u otra vamos) la imponente fachada de algunos de ellos, no te dicen las penas y sufrimientos que albergan en su interior. Eso si cuando sales (los que lo podemos contar), vuelves la cara y te parece que te has dejado una parte de tu vida dentro.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Francisco!!!! No puedo contestar a tu pregunta porque no tengo respuesta. El dolor, el sufrimiento, el abandono... todos esos coceptos tan tristes causan daño en el cuerpo y en el alma pero cada uno los sentimos de una manera.
ResponderEliminarDe todas formas, el dolor en sí es muy grande pero vemos que todavía cabe en el universo!!!
BESITOS Y SALUDITO JACETANOS.
Hola, Francisco:
ResponderEliminarSon preguntas muy difíciles de responder, pues aunque se hayan padecido quebrantos de salud ésto no alcanza para tasar tanto dolor y sufrimiento que se encierra tras esas frías paredes.
Un abrazo.
Puff, es un cálculo muy complicad Francisco, y es posible que mucha gente no quisiera saber el resultado.
ResponderEliminarUn abrazo amigo !!
Sabemos del dolor en los hospitales todos aquellos que pasamos horas, días, semanas....yendo y viniendo con padres, hijos y viendo que unos mueren, otros curan y casi todos sufren. Pero hoy lo que se arregla en los hospitales es casi un milagro, por eso añadiendo al comenatario de Angel, diría que también hay muchas luces y estrellas de recuperación entre sus paredes. Beso
ResponderEliminarSi que es crudo, yo pasé hace muchos años por ellos por varios motivos, graves, menos graves y pérdidas. Es muy duro, salvo los nacimientos o recuperaciones que lo hacen más leve. Este día, hoy, agradezco al cielo no tener que haber pasado por ello, pues mi hija que siempre viaja en tren, tomó el colectivo (bus), ya que se levantó con tiempo y no estuvo en el fatal accidente. Llamé al trabajo y respiré al escuchar su voz. Solo pensar en ello y ver las informaciones me ha dejado floja todo el día.
ResponderEliminarComo vez mi confidencia ha ido más allá pues en todos los llamados recibidos guardé la compostura.
Criticamos el uso de este medio pero viene bien ante estos shocks recibidos y se valora la compañía de los amigos cibernéticos. Gracias por leerme.
Beso grandote
Ufff!
ResponderEliminarQué podría decirte yo también al respecto!
Mejor no hecho cuentas...
Un abrazo!
;)