22 septiembre 2011

EL BACHILLERATO EN MARBELLA

A riesgo de resultar pesado, vuelvo a retomar el tema de ayer para centrarme ahora en lo que fue la presentación en sociedad de la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto “Sierra Blanca” y la edición del primer número de la Revista. Para tal fin, se nos cedió el Centro Cultural Cortijo Miraflores y contamos con la presencia de cuatro veteranos profesores de aquellos años. Presidida por la señora alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz Uriol, la mesa estaba formada por Carmen Díaz García, Concejala Delegada de Cultura, Manuel Padrón Rodríguez, Director actual del Instituto, José Manuel Bermudo, periodista, antiguo alumno y mantenedor del acto, y nuestro presidente y mentor de esta asociación, Enrique Vázquez Almagro. Finalizado el acto, comenzó la charla amigable y los encuentros, al tiempo que dábamos cuenta de un magnífico y abundante cóctel.


Para quienes tienen ahora pocos años habría que explicarles el por qué de un acto de este calado, pero los que hemos vivido los años cincuenta sabemos del estado de cosa en la enseñanza y en la sociedad en general,  y el acontecimiento que representó para Marbella y su comarca contar con un centro de enseñanza media. Tiempos en los que las cuatro reglas era el objetivo común, el instituto vino a cambiar el panorama de aquella juventud y sus posibilidades de desarrollo. Por otro lado, el turismo incipiente fue la catapulta que transformó a la ciudad y sus moradores.


En su alocución hizo Ángeles Muñoz, la alcaldesa, mención al mucho material fotográfico que tan bien describe la sociología del momento, pero también de cómo algunos seguiríamos viéndonos tal cual al cabo de los años. Sin duda un modo de rebajar la tensión emocional por las palabras de Enrique Vázquez. Pero sí es cierto que, cerveza en mano, algunos me dijeron: “Espadida  -yo era de los pequeños de edad y estatura-  no has cambiado nada”. Ya comprenderás, lector, que hay personas que se empeñan en hacerte la vida agradable y lo logran, aunque basta con mirarse al espejo o  escuchar los chasquidos artríticos para saber que sólo se trataba de un halago.


Cuando cursábamos el bachillerato, aunque la edad era un poco heterogénea, todos andábamos en la misma tarea, con inquietudes similares, las mismas ganas de juego y diversión. En el reencuentro, 55 años después, nos uniforma la jubilación y el deseo de perpetuar aquella juventud que el paso del tiempo ha desvelado más placentera de lo que la vivimos en su momento. Yo diría que el denominador común es el cariño por aquellos esforzados profesores que nos sacaros del oscurantismo de la época y nos pusieron en el disparadero de nuestras vidas, y el gozo de seguir paladeando la miel del despertar.

8 comentarios:

  1. Habría que recuperar muchos de estos aspectos para la enseñanza de hoy, que junto a los adelantos sería una gran oportunidad y privilegio para los chavales.
    Te felicito por este nuevo post arrancado a los recuerdos.
    Bss

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  2. No voy a negarte que de aquellos años, yo soy del 60, hay recuerdos maravillosos, pero alguno que otros no tanto, alguna "bofetá" voló por encima de nuestras cabezas por el hecho de no ser de los de "pago", por lo demás, había algo que hoy no existe,la calle, en aquella época,a determinadas horas era propiedad de la chiquilleria, hoy es imposible, en esa calle también se aprendía, hoy no tanto. Saludos

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  3. Reencontrarse con antiguos compañeros de curso,montones de recuerdos y los muchísimos venideros que llegaran .Una entrada muy emotiva.

    Un fuerte Abrazo.

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  4. Entrañable acto que seguro vio escapar alguna lágrima.
    Siempre es motivo de alegría reunirse con quien compartió tanto con nosotros.
    Un abrazo Francisco.

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  5. Hola Francisco!!! Siempre es un placer asistir a este tipo de actos pues además de reencontrarte con gente que hace años no veías, se retoman viejas amistades y antiguas conversaciones. Para profesores y alumnos la emotividad del evento supera la realidad. No te parece??? BESITOS Y SALUDITOS EXTREMEÑOS.

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  6. Por el camino que va la enseñanza pública en los últimos tiempos, con tantos recortes y enemigos, llegaremos otra vez a los tiempos de las aulas unitarias, maestros muertos de hambre y las aulas en blanco y negro.
    Un saludo.

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  7. Cuantos recuerdos me ha dado su post, la clase mixta, las miradas de ellos y de ellas, los granos de arroz o de papel masticado y disparado por el envoltorio de un bolígrafo Bic, el patio....y tantas cosas. Bueno, el coscorrón y el pegarte las yemas de los dedos, ya poco importa, recibimos mucho más de bueno que malo, para prueba , aquí estamos nosotros.
    Gracias francisco, le felicito por esta entrada entrañable
    Con ternura de corazón y cada vez renovada y deseada
    Sor.Cecilia

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  8. Sí, era muy distinto aquello a lo que ahora hay. Yo, en el colegio, de muy pequeño, aún no eran los colegios mixtos, aún había uniformes, aún había...tantas cosas que ya no hay, no puedo decir que lo pasara mal. También hoy hay cosas buenas que no teníamos entonces. A cada uno le toca vivir lo que su tiempo le da. Un saludo.

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