13 octubre 2011

LOS TRANSPORTES



Levantó la mano derecha haciendo señales y paró justamente al llegar a su altura. La luz verde se apagó en el mismo momento de ponerse en marcha, tras recibir la instrucción. “¿Por dónde quiere que vayamos?” Se encogió de hombros y finalmente le respondió ¡usted sabrá! Poco después se fijó en el taxímetro y se le desorbitaron los ojos viendo la sucesión de números iluminados que iban apareciendo mientras pensaba en la tarifa fija del autobús o del metro. Entonces recordó que no necesitó bajar a ninguna estación ni aguardar en una marquesina la larga espera, ni verse apretujado por una masa donde no faltan los malolientes.  A poco el taxista le daba conversación y se acordó del letrero del autobús: “Prohibido hablar con el conductor”. Iba circunspecto, pero de inmediato fue interrumpido en sus pensamientos por el conductor: “El Barça está que se sale, ¿no cree?” No me gusta el fútbol –le contestó lacónico mientras volvía a sus pensamientos. “¿Prefiere oír música?” El viajero respondió encogiéndose de hombros, pero fue advertido por el espejo retrovisor y al momento sonaban los compases de Radio Clásica. “Esto creo que sí le gustará, ¿no es así?” No respondió. Volvió a mirar el contador y los saltos digitales y ya no le parecieron tan abusivos al compararlos con el billete de autobús. Tosió tratando de librarse del nudo de su garganta y le fue ofrecido un caramelo. “¿Lo quiere de eucalipto?” Compungido, el viajero le confesó que había sido despedido después de 25 años en la empresa, que en realidad había sido un cierre patronal y que su mujer le había dejado por otro. En ese momento ya no miraba al taxímetro, sino que lloraba desconsoladamente y el taxista le entregó un paquetito de pañuelos de celulosa. Mientras se enjugaba las lágrimas comprendió que el taxi no admite comparación posible con el transporte colectivo. Cuando le apeó a las puertas de Magistratura le extendió un billete de a veinte y le dijo que se quedara con la vuelta. “Tengo tiempo, se nota que estamos a finales y no hay muchos clientes, si tiene tiempo yo pago los cafés”. Negó con la cabeza, le dio un apretón de manos y subió las escalinatas con decisión. Antes de desaparecer por las cristaleras, se volvió a mirar y le echó una sonrisa de agradecimiento.

27 comentarios:

  1. Buenas noches!!! Antes de irme a la cama... una agradable lectura en tu blog... no cabe duda que el transporte público es la mejor opción pero donde esté el trato humano y directo... mejor que mejor.
    Será más caro el taxi... pero la comodidad, el trato amable y una vana conversación pueden ayudar a afrontar el día mejor y esbozar una sonrisa verdadera como la de tu personaje. BESITOS Y SALUDITOS DESDE CÁCERES.

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  2. ¡Hombre, Paco! Que pierda el trabajo, pase. (Al fin y al cabo son varios millones los parados, pero que además su mujer lo deje por otro...
    Saludos desde Gran Canaria, Ángel

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  3. Nada mejor que alguien que nos escuche o lea en momentos como esos que pasaba el amigo del taxi, la comunicación por cualquier medio es una gran ayuda, ademas nunca sabes donde encontraras una mano amiga, excelente historia como todo lo que escribes, te dejo un abrazo cálido y un beso

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  4. Una triste historia que puede ser el reflejo de muchos hombres y mujeres de nuestro país.
    Al menos tuvo un ratito de charla.

    Un abrazo.

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  5. Hola Francisco, una historia tan real que podria estar sucediendo ahora mismo. Los taxistas tienen muchas historias que contar. Este texto me atrapo de principio a fin, es triste por lo que sucedio al pasajero, pero bello leerte. Besos, cuidate.

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  6. Hay días que mejor es no levantarse, aunque a este pobre hombre hombre, dentro de lo que cabe, le tocó un taxista agradable, todo no se puede pedir.

    Saludos

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  7. Como se ve que no cogió el taxi en Madrid. Seguro que el taxista era de Brenes o de Benacazón. Jejeje.
    Un saludo.

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  8. Tengo un amigo que es taxista en Barcelona hace más de 30 años y ha vivido muchas experiencias como la que cuentas, experiencias buenas, malas y peores.La gente necesita que la escuchen, y subirse a un taxi y empezar a hablar es todo uno, y los taxistas en su mayoría escuchan y callan, saben por experiencia propia que en esos casos lo único que puede ayudar al viajero,es un poco de humanidad, un poco de amabilidad.

    Un fuerte y calido abrazo

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  9. Una mirada certera, un poco de tu retranca, pero cierta en definitiva. Y aún podía ser peor, pues al menos le consolaron... Beso.

    PD

    Mi nueva dirección de blog:
    http://tereincisos.wordpress.com/

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  10. Las dos últimas experiencias que tengo con taxistas fueron excepcionales. Con ocasión del fallecimiento de mi hermano uno nos llevó desde Insbruck a Munich; poca conversación nos pudo dar puesto que no entendíamos ni jota, pero nos situó exactamente en el lugar y ante la persona adecuada para poder embarcar con destino a Bilbao. Allí el que nos estaba esperando para traernos a Tudela, fue muy amable y comprensivo con nuestra situación emocinal. En esos momentos se agradecen mucho todas esas atenciones. Saludos.

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  11. La conversación es muy importante, aunque se esté pasando por ratos tan malos, como este buen hombre. Muy bonito, Francisco. Asi debiera
    ser la vida misma. Siempre en compañía, nunca solitario. Un abrazo.

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  12. Cómo vamos todos por la vida como mecanos, cómo autómatas, muchas veces es necesario que alguien nos escuche, nos entienda. Todos tenemos problemas, pero la incomunicación sigue siendo el gran problema del mundo urbano. Muy reflexiva esta entrada. Saludos, Francisco.

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  13. Al comenzar a leer pensaba, "que antipático éste hombre, con lo difícil que es a veces encontrar un taxista agradable", pero no, pobre hombre, más cosas no le pueden pasar, o si, vaya usted a saber, lo cierto es que encontró un taxista muy humano, vamos que casi le pone su hombro para que llore, si, un taxi es mejor que el bus pero...que caro se está poniendo!!!

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  14. Cada taxista puede escribir un libro entero lleno de anécdotas. Me ha gustado mucho tu entrada amigo Francisco. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
    http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

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  15. Pues la última experiencia fue este verano en Tenerife y mejor no la cuento, sólo os digo que le tuve que recordar al señor que ellos vivian del turismo.
    Buen relato Francisco, como siempre.
    Un abrazo

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  16. A veces el taxi puede convertirse en una burbuja para refugiarse de la voracidaz de la urbe y de la propia vida. Un taxista ejerce entonces las funciones de un peluquero, de un cura o de un médico.
    Saludos

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  17. Y hasta le salió barato al hombre, más tendría que haberle pagado a un psicólogo y las palabras del taxista seguro que fueron una gran terapia.
    La relación con buenas personas siempre ha sido una excelente medicina.
    Un beso.

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  18. Tres años de experiencia en el taxi dan para muchas anécdotas, de todos los signos.
    La que tengo mejor grabada es la de tres prostitutas que lleve a velar un cadáver, nadie, salvo estas mujeres, se había acercado a darle el último adiós.
    Un abrazo.

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  19. No diré nada del transporte ni de los taxista, que sobre ellos ya se ha dicho mucho y bueno antes, sino de sus letras. Me ha gustado esa forma de hablar de un asunto, en tercera persona, leyendo el capítulo de un buen libro.
    Un saludo.

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  20. "Y tú me acostumbraste a todas estas cosas..." Así me está ocurriendo, como en la canción, que cada día me decís cosas maravillosas que tanto os agradezco. De alguna forma, sois mis taxistas, lo que me acompañáis y conducís, quienes me hacen los coros y me animan. Un fuerte abrazo a todos.

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  21. Hola Francisco, vengo a conocer tu blog desde Argentina. veo que tenemos amigos en común. Tere, Felipe, Emilio, Nerim, Chelo, etc. por lo tanto te consideraré a ti también amigo blogger
    Saludos y sigo leyendo
    http://norma2-siemreesprimavera-norma2.blogspot.com

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  22. Con un saludo fraterno pongo pie en su casa, guiado por mis buenas amigas Chelo de la Torre y Nerim, así que me acomodo -si no inoportuno- y si me permite echaré una leída a su producción. Sobre la actual publicación, diré que contiene una prosa limpia, sin mucho adjetivo, y la palabra va y viene entreteniendo al lector.
    Un abrazo.

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  23. Norma2 y Julio, muchísimas gracias por llegar hasta esta orilla y por vuestra impronta. Espero que esto sea sólo el comienzo del futuro. Saludos,

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  24. A veces los taxistas y los peluqueros hacen de psicologos. Tanto trato con las personas, ha hecho que se familiaricen con el alma humana.
    Y el agradecido ha correspondido con una sonrisa. El taxista hizo su buena obra del día
    Bss

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  25. Los taxistas, ayyy! Para uno majo y amable que encuentras...!
    Yo también tengo experiencias con ellos, pero no así de agrdables!

    Cortito y ameno el relato de hoy (pero ya estará apuntito de salir el siguiente...), y que no quería dejar de comentar antes de irme ala cama, a lo largo del día me ha sido imposible.

    Un abrazote!
    ;)

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  26. Parece mentira Francisco, pero a veces un desconocido te ofrece una fuerza increíble con solamente un gesto de amabilidad y calidez.
    Me ha encantado, tan real...
    Besos.

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  27. Señor...el taxímetro está en marcha....solo que debido a que llego tarde le haré un descuento...encantadora historia Francisco...besitos

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