A los pocos minutos de desembarcar llegaron las maletas en la cinta transportadoras como llenas de urgencias y pronto desaparecieron todos los pasajeros de las recién estrenada instalaciones del nuevo aeropuerto de Santiago, tal vez sobredimensionado o infrautilizado, si bien más tarde descubrí que, hecho en tiempos de vacas gordas, pretende deglutirse los aeródromos de Vigo y La Coruña. Tres cuartos de hora de trayecto con un conductor parlanchín y ameno que nos fue poniendo al corriente de casi todo.
El hotel San Juan está ubicado en el Concello de Poio, una población muy cercana a Pontevedra, al fondo de la ría, que como la inmensa mayoría de las poblaciones gallegas está diseminada por su término municipal y no aglomerada en calles que se entrecruzan; allí es el campo, la naturaleza la protagonista que aloja a las viviendas entre la ría y el bosque de pinos y eucaliptos fundamentalmente.
Había pagado poco por el total de la estancia y poco esperábamos, pero el San Juan es un establecimiento de tres estrellas bien acondicionado y explotado de forma familiar, donde lo que no pone el servicio distinguido lo pone con creces la amabilidad y generosidad de esa familia. Fuimos alojados en habitaciones contiguas de la tercera planta: dos camas separadas por una mesita de noche, ropero, escritorio, televisor de plasma, conexión Wifi, baño completo, limpieza, camas cómodas, cambios de toallas diario, calefacción, doble ventana… un alojamiento muy confortable que junto a la calidad y abundancia de las comidas, bien merecen esta pequeña reseña, como le prometí a su dueña, Carmen, en la despedida. No quiero olvidarme de la mariscada que nos dio el hotel el jueves, y de la que dejo constancia gráfica.
Tuvimos la suerte de contar con muy buen tiempo, salvo la lluvia del domingo, único día que no teníamos excursión programada. Había salido de Sevilla dejando una temperatura de 30 grados, pero se había anunciado en breve el cambio de tiempo. El choque fue fuerte, pero la temperatura seguía siendo agradable en Poio, si bien bastante más húmeda: mañanas frescas y al medio día con alguna prenda en la mano por el aumento de la temperatura. Junto al hotel, un mundo verde por descubrir y la belleza impactante de la piedra como elemento imprescindible, sólido y confortable de las construcciones gallegas: señas de identidad que junto al recinto de la huerta, el hórreo y las viñas elevadas sobre postes de granito hacen del entorno un paisaje exclusivo y bello.
Tomaré buena nota del hotel, que bien sientan las pequeñas escapadas...
ResponderEliminarBss
Ay, cómo te envidio, ya te dije en otra ocasión que un viaje a Galicia me espera, no sé cuándo lo haré pero lo haré.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando hablas de Galicia. mi corazón brinca acelerado por los recuerdos de los días que en ella pasé con mi esposo.
ResponderEliminarEl, conocedor y pisando con firmeza esas hermosas tierras, me llevó a conocer primero Ourense. su lugar de nacimiento, y luego las tres restantes. A Coruña, Lugo y Pontevedra.
Creo que el paraíso debe tener la vegetación y
el encanto de galicia
Me alegro que hayas disfrutado el viaje a pesar de algunos pequeños inconvenientes que, una vez subsanados, habrán quedado en el olvido.
Un beso.
En los largos días de nuestro tórrido verano siempre pienso que sería el paraíso pasarlo entero en Galicia. O en Asturias, que ahora conozco mejor por Leodegundia.
ResponderEliminarConozco bien Poio y su hermosísimo monasterio que seguramente visitásteis, pues hace cuatro años me hospedé en Raxo. Y muy cerca Combarro con sus hórreos y qué decir de Pontevedra con su casco antiguo y su mercado. Yo hace un un mes estuve en la zona de Vilanova de Arousa (¡ay, el albariño...!) y también nos hizo muy buen tienmpo. Un abrazo
ResponderEliminarUn abrazo
Tomaré buena nota de este hotel para la próxima visita a Galicia. Tiene muy, pero que muy buena pinta.
ResponderEliminarUn saludo!!
No sé cuando tendré la oportunidad de volver a visitar tierras Gallegas, pero cuando lo haga, volveré a leer esta entrada y coger datos del alojamiento y sitios visitados.
ResponderEliminarQue delicia saber como habeis disfrutado esa pequeña escapada.
Un fuerte y calido abrazo
¿Y si Pepita y yo os acompañáramos en esa visita a Galicia, Nerim? ¿Te imagina los cuatro de arriba a abajo por toda Galicia?
ResponderEliminar¿Qué me dice si se sumaran el resto de nuestros amigos blogueros? ¿Podríamos hacer una quedada? Convocaríamos a Elena, a Rita, a Juliana, a Senior Citizen, a Aparicio, a Felipe, y también a Liova, y a Edurne, y a Chelo y Javier, a... E impondríamos por guía a Manuel. Soñar no cuesta, pero ¿quién sabe?
Buena tierra aquella, buena gente y buena comida. ¡Qué más se puede pedir!
ResponderEliminarUn saludo.
Que gustito tan delicioso dejas al leerte...es como viajar contigo y conocer tantos lugares lejanos...leerte es disfrutar de esas comidas y de tan confortables estancias..ya sea en hotel 3 estrellas o en una carpa azul..ya sea mariscada o sardinas...es placentero conocer el mundo de tu mano..bss
ResponderEliminarHola!!! Cómo disfrutas de estos viajes!!! HAces bien, así hay que hacer y vivir la vida!!!! España es bella en sí, pero conocerla de cachito en cachito... una GO-ZA-DA!!!
ResponderEliminarUhmmmmmmmmmm!!! La foto del marisco... es que no me la miro más porque me apeteceeeee!!!! BESITOS Y SALUDITOS MUY CARIÑOSOS DE TU PRIMA LA DE CÁCERES.
Precioso el paisaje y se ve muy confortable el hotel y deliciosa la comida. Cada rincón de España con un encanto especial que lo diferencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me complace Francisco
ResponderEliminarlo bien que la han pasado
Desde lejos oliendo la mariscada
Tamally maak
Precioso Francisco, me alegro mucho de que lo estés disfrutando tan bien, de verdad.
ResponderEliminarGalicia es para eso, tiene un encanto especial, a lo mejor es porque llevo sangre gallega y desde bebe las vacaciones las llevo pasando allí, pero no me cansare de ello, tu estas contando porque y lo haces divinamente, eres un estupendo redactor.
Muchas gracias de ser como eres. Hombres, personas como tu se necesitan más en el Mundo.
Un abrazo para ti y tu esposa.
Como me alegro de que lo paseis bien.
ResponderEliminar¡Qué envidia la mariscada! Tomo nota del hotel . Un abrazo
Todo a pedir de boca, según hemos atestiguado, sobre todo con esa mariscada deliciosa.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.