Ayer ha sido un día especialísimo, un día de cosechas en el que he recibido muchos agasajos. Mis amigas Chelo y Nerim me sorprendieron con una entrada en su blog Leo y comento en el que hablan y ponderan a este otro blog mío, a mi trayectoria, a la variedad de lo que aquí presento, a mi talante. Al mismo se han sumado jugosos comentarios que agradezco en el alma.
Por otro lado, mi marbellero primo Paco Machuca me ha hecho entrega de una vieja reliquia que debe tener unos 40 años. Su abuelo, mi tío abuelo Miguel, falleció cuando yo estaba en Madrid y no pude acompañarle en la despedida. Ahora, al cabo de los años, como se heredan las viejas fotografías, ha encontrado la carta que escribí con ese motivo y que guardaba celosamente una de sus tía, la cual reproduzco, en homenaje a mi tío abuelo Miguel, a quien admiré y quise mucho, a quien sigo admirando y queriendo. Gracias, Paco, por este documento del que no tenía copia ni abrigaba esperanza alguna de recuperar.
Miguel, hermano de mi abuela Isabel, había sido hasta su jubilación el encargado de la central eléctrica en Ojén, de ahí el apodo. Hombre polifacético e intelegentísimo, hombre de mil oficios, capaz de resolver cualquier situación. Hombre sabio de experiencias muy ricas y con recursos y soluciones para todo. Tras la jubilación pasó a vivir a Marbella y me acogió en su casa, que era la de su hija Catalina, para que yo pudiera asistir cada día al instituto. Mi gratitud eterna y mi cariño infinito.
Los primeros tañidos
de las campanas del dolor
entraron en mi resonancia
cuando tu, con los pies por delante,
masa inerte,
emprendía el camino sin retorno.
¡Ay cómo me hubiera gustado acompañarte!
Viejo tío, abuelo, amigo,
admirado artesano.
¡Cómo recuerdo ahora...!
Recuerdos tu manos de alicates férreos,
dúctiles e ingeniosos;
tu vieja y entrañable filosofía,
tus sonoras “cojetadas”.
Vivo una infancia nuevamente.
y mis ojos inundados de dolor
y recuerdos,
me presentan un Vía Crucis
en nuestro entrañable pueblo,
donde tú eras la pieza vital.
Imprescindiblemente tú,
Ahora Cáliz.
¡Como me hubiera gustado acompañarte
sentir tu peso sobre mis hombros
camino del infinito,
estar presente en tu cortejo,
pero…!
Muchas veces había imaginado este momento:
…ya pasas, junto a la Aserradora,
ambos recordamos…
Al llegar a la Huerta de los Cristales,
antes de enfilar la cuesta,
una mirada nostálgica
al Mediterráneo,
ese mar nuestro
que tan buenos momentos de tu jubilación
te han proporcionado.
Recuerdo con cariño
tu faceta marinera:
revolucionario en la pesca del camarón.
Yo pronuncio tu último adiós a la mar,
la mar de tus recreos, jadeante hasta haber culminado la cuesta,
en la puerta de Paco el Cura.
¡Ay qué pena no haber estado
en este tu viaje!
Hoy todo son recuerdos,
y la marcha se ha quedado en eco,
el eco de mis sentimientos.
Te he visto cruzar el firmamento
camino de la Casa Celeste,
eras como una estrella viajera,
con la agilidad
de una descarga eléctrica
de la vieja línea que tanto recorrieras,
y el chisporreteo campanilleante
de tu piedra de amolar.
¡Ay como me hubiera gustado acompañarte!
Adiós viejo tío, abuelo, amigo.
Adiós viejo tío, abuelo.
Adiós viejo tío,
Adiós.
de las campanas del dolor
entraron en mi resonancia
cuando tu, con los pies por delante,
masa inerte,
emprendía el camino sin retorno.
¡Ay cómo me hubiera gustado acompañarte!
Viejo tío, abuelo, amigo,
admirado artesano.
¡Cómo recuerdo ahora...!
Recuerdos tu manos de alicates férreos,
dúctiles e ingeniosos;
tu vieja y entrañable filosofía,
tus sonoras “cojetadas”.
Vivo una infancia nuevamente.
y mis ojos inundados de dolor
y recuerdos,
me presentan un Vía Crucis
en nuestro entrañable pueblo,
donde tú eras la pieza vital.
Imprescindiblemente tú,
Ahora Cáliz.
¡Como me hubiera gustado acompañarte
sentir tu peso sobre mis hombros
camino del infinito,
estar presente en tu cortejo,
pero…!
Muchas veces había imaginado este momento:
…ya pasas, junto a la Aserradora,
ambos recordamos…
Al llegar a la Huerta de los Cristales,
antes de enfilar la cuesta,
una mirada nostálgica
al Mediterráneo,
ese mar nuestro
que tan buenos momentos de tu jubilación
te han proporcionado.
Recuerdo con cariño
tu faceta marinera:
revolucionario en la pesca del camarón.
Yo pronuncio tu último adiós a la mar,
la mar de tus recreos, jadeante hasta haber culminado la cuesta,
en la puerta de Paco el Cura.
¡Ay qué pena no haber estado
en este tu viaje!
Hoy todo son recuerdos,
y la marcha se ha quedado en eco,
el eco de mis sentimientos.
Te he visto cruzar el firmamento
camino de la Casa Celeste,
eras como una estrella viajera,
con la agilidad
de una descarga eléctrica
de la vieja línea que tanto recorrieras,
y el chisporreteo campanilleante
de tu piedra de amolar.
¡Ay como me hubiera gustado acompañarte!
Adiós viejo tío, abuelo, amigo.
Adiós viejo tío, abuelo.
Adiós viejo tío,
Adiós.
Buenas noches Francisco!!! ya me voy a la cama pero he leído tu entrada y .... qué quieres que te diga!!!! el agradecimiento nunca ha de olvidarse pues aquello que en su momento hicieron por ti seguro, porque eres como eres, lo han reconocido!!! BESITOS Y SALUDITOS DESDE CÁCERES.
ResponderEliminarUna bella carta que, sin dudas, llegará a destino...
ResponderEliminarUn gran abrazo, Fracisco.
HD
De bien nacidos es ser agradecido. Esto te viene a tí como anillo al dedo. Saludos
ResponderEliminarFabulosas letras las que dedicas a tu tío Miguel, el de la luz (en mi pueblo también se le llamaba así a varios hombres que se encargaban de la electricidad o cobrarlas). Paso a ver ese blog que habla también de ti. Buen domingo, Francisco.
ResponderEliminarcomo siempre estimado y admirado amigo nos anegas el alma de generosidad, ternura y belleza .
ResponderEliminarEsta amiga sumamente agradecida por ello te desea con cariño feliz domingo
Mi suegro también era Pepe "el chico" en su pueblo Monachil y "el de la luz" cuando por el primero no lo conocían, por uno o por otro siempre lo era.
ResponderEliminarUn abrazo.
Felicidades por tanto bueno y bello que compartes.
ResponderEliminarTe he visto en Blog de Mayores al que me he adscrito.
Un abrazo.
Siempre hay que ser agradecido en este mundo de olvidos.
ResponderEliminarLa entrada de "Leo y comento" es muy merecida, te felicito por ella.
Un abrazo Francisco.
Hablando por estos días de despedidas, nada mas bello para simbolizar ese adiós que esa carta tuya a tu tío Miguel...que dicho sea de paso, ese nombre forma parte de la tradición de mi familia..Miguel el bisabuelo, Miguel el abuelo, el hermano y mi hijo...
ResponderEliminarBello escrito...Besos
La dedicatoria de la entrada leo y comento, estupenda, la que tu te mereces.
ResponderEliminarTienes un talento increíble, no solo con la escritura, sino como persona, de una gran humanidad.
Los recuerdos siempre quedan y sobre todo los buenos, no los dejes olvidar porque ellos son hermosos y son permanencia de vida y compañía del Alma a través del tiempo.
No digas adiós, porque el estar existe hasta nuestro último suspiro o la perdida del recuerdo.
Un beso y un abrazo.
Francisco seguro que tu tío abuelo desde la distancia sintió tu compañía.
ResponderEliminarPreciosas letras las que le dedicas. Un abrazo que pronto será real.
Estoy segura que tu tio abuelo sintió a través de tus letras todo el cariño y la admiración que le profesabas.
ResponderEliminarPor ahora, mi calido y fuerte abrazo es virtual, solo deseo que sea posible dartelo en un futuro cercano.
Esta carta preciosa seguro que habrá llegado a su destinatario en el lugar donde esté.
ResponderEliminarTodos los comentarios hechos a tu blog y a tu persona son bien merecidos.
Un beso.