El mineral de hierro
en su yacimiento
no deja de ser una piedra
más,
aunque asuma el grado de
magnetita.
Nada sabe de su futuro,
como tampoco yo lo sé del
mío
ni lo supe nunca;
tampoco fui capaz de prever
mis rigideces
ni mis fragilidades.
Todavía en el alto horno
ese mineral de hierro
que se caracterizó por su
óxido,
no imagina si acabará
en temple de acero o en
inoxidable,
ni si un día terminará
en forma de cafetera;
tal vez por eso, se resiste a
mi esfuerzo
cuando trato de abrirla
y retirar los posos para
dejarla limpia
en espera de una próxima vez.
La magnetita, en su
yacimiento,
como el hombre en su cuna,
página en blanco.
Mira que son feas algunas piedras. Precisamente las más útiles.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Es verdad. me gustaría saber cómo aquellos abuelos primitivos llegaron a descubrir las virtudes de ciertas piedras.
EliminarUn abrazo.
Acaba de descubrirse una nueva piedra caída del espacio.
ResponderEliminarhttps://elpais.com/elpais/2019/09/05/ciencia/1567704113_101705.html
Un abrazo.
Antes descubrían los minerales el hombre; ahora nos va a caer en la cabeza y no vamos a saber qué pasa ni cual es su utilidad. Así es, Emilio, nos ha venido a visitar un mineral desconocido. Muy oportuna tu aportación.
EliminarUn abrazo.
Si fuéramos capacer de preveer lo que nos tiene deparado el destino nos prepararíamos para afrontarlo mejor.Saludos
ResponderEliminarPero las cosas son como son, Charo, y somos páginas en blanco.
EliminarUn abrazo.
Tal vez sea mejor no saberlo.
EliminarQuizás tengas razón, Angalu. No todo suma o no siempre la suma es una progresión.
EliminarUn abrazo.
Diestra analogía. Si sabemos nuestro destino. Pero hasta que nos acercamos a él... Empezamos a vivir al 100% i al 1000%
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes mucha razón, Sara. Además, lo que falta lo pone la intuición.
EliminarAbrazos.