Ahora, desde esta cota,
mi vida es un caminar
dilatado en el tiempo
que nunca se apoyó en
certezas
sino en dudas y necesidad
de colmatar el vacío.
Mirando hacia atrás,
una sarta de inseguridades
y lagunas
que fui rellenando con los
cascotes
de mi propio derribo.
Ahora, desde esta cota,
todo es distinto:
soy consciente de no haber
abocetado
el croquis, ni tomado la
iniciativa
de colocar la primera
piedra;
en cambio; todo me fue dado.
Ahora, desde esta cota,
tan sólo espero menguar
para estar seguro ante la
puerta estrecha,
para que el tránsito sea
posible
y el adecuado.
Me gusta cuando dices:
ResponderEliminar"Mirando hacia atrás,
una sarta de inseguridades
y lagunas
que fui rellenando con los cascotes
de mi propio derribo."
Muy ocurrente. Así crecemos, caída tras caída, aprendiendo de los errores y de los sinsabores pasados. Menguados pero sabios.
Un abrazo.
Gracias, Cayetano. Por tu comentario hoy he estado atinado.
EliminarUn abrazo.
Esta mujer menguante te envía un abrazo.
ResponderEliminarMerche, tu eres una avenida inmensa en crecida constante.
EliminarUn abrazo.
Seguro que tu tránsito por la puerta estrecha lo tienes bien calculado.Saludos
ResponderEliminarLo espero, pero no lo calculo. Creo que me van a pasar la mano y en ello estoy confiado.
EliminarUn abrazo.