Ese color lozano de
juventud,
ese arrebol de tus mejilla
primaverales
que ralentiza el caminar del
presente,
ese reloj vital,
dicharachero y sin cuerda;
esas feromonas que incendian
tu rostro
y provoca la incontinencia
ajena,
esa efervescencia irreprimible
con raíces en las entrañas
de tu ser…
También te llegará el día
de su caducidad inevitable y
anunciada
y serás clorofila demacrada
cuando el otoño de tus días
─ese al que tememos y
siempre llega─
se instale en tus entrañas
de mujer
y alfombre tus pasos, ya
cansinos,
con la hojarasca de tu ayer
hecha presente.
Carpe diem mientras tanto; pero con cabeza y mesura.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Aprovechar el momento sí, pero sin enloquecer persiguiendo cualquier oportunidad. Prefiero vivir plácidamente y dejar que las cosas sucedan.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
A todos nos va a llegar...mejor dicho: Nos está llegando,hay que aprovechar bien el tiempo que nos queda.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Charo, aprovechar el tiempo, pero sin agobios sino plácidamente.
EliminarUn abrazo.