Septiembre en Sevilla
y el tiempo amembrillado
en los treinta y ocho grados
a la sombra,
y la esperanza y el resuello
pensando en el otoño
caduco y amarillento con ocres
demacrados.
Mi origen es abril,
pero de tanto asomarme a
mayo y junio,
de este paisaje agostado,
sueño la lluvia
como ducha generalizada y
compartida.
Los poetas cantan a
septiembre
pensando en la vendimia
o en la vuelta de
vacaciones;
yo pienso en octubre y en
Dionisio
donde la tradición me invita
a fiesta
y en cuyo solaz sueño y me
relamo.
No son los meses mi guía, es la luz, cuando aumenta revivo, cuando disminuye me aplano.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese tiempo que te aploma, Emilio, es también el peor para mis averías de columna; pero en tu caso, mirar al Mulhacén es como ver lo exclusivo.
EliminarUn abrazo.
Suele seguir el calor. En las clases se reanuda la actividad y el que viene de fuera cree que está en junio. Doy fe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sólo he visto las clases desde los pupitres, pero tu visión es muy válida, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Pasaron las vacaciones y vol emos al calor de nuestras respectivas ciudades...nada tiene que ver, con la temperatura que teníamos al lado del mar.
ResponderEliminarBesos
Querida amiga, las vacaciones, como las vitaminas, son un reconstituyente, pero no pueden ser el alimento cotidiano. Pensando en ellas vadearemos el invierno y sabremos esperar.
EliminarUn abrazo.
Sevilla es para vivirla en cualquier época del año, y se ve que te inspira, tu poema es muy bonito (la estrofa de "Mi origen es abril..." me ha encantado).
ResponderEliminarSAludos.
Mil gracias, Manuela, por subrayar lo que te ha gustado.
EliminarUn abrazo.
Que ese octubre que llegará más rápido de lo esperado te haga muy feliz.Saludos
ResponderEliminarEn verdad no debemos esperar para ser feliz a este o a otro acontecimiento, sino en el aquí y ahora.
EliminarUn abrazo.
Tu tierra, tan hermosa que de seguro es, si no lo fuera, tú la harías hermosa con tu poesía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me emociona pensar que yo pudiera añadirle algo de belleza a esta tierra que me acoge, Sara.
EliminarUn abrazo.