Una mirada en silencio,
pausada, apaisada, especulativa
y analítica,
como quien repasa los conocimientos
de la Enciclopedia Universal;
uno examina los grandes
acontecimientos
históricos, y la
manipulación,
como condimento manipulador
de las masas.
Por cada victoria un número
indeterminado
de muertos y otra suma
similar
de inválidos de guerra,
esos anónimos que ni cuidan posteriormente
ni contabilizan.
Mi canto es un arrebato
exaltado
al héroe anónimo, mas no
por la gloria alcanzada,
sino por la desdicha de
aquella leva
que le obligó a empuñar un
arma
contra el enemigo que no
tenía
y en contra de su voluntad.
Le señalaron: ¡ese es tu
enemigo!
Y el otro era otro joven
más amigo de juegos que de
batallas,
a quién ni conocía ni mucho
menos odiaba.
Los que se matan en las guerras siempre son los que menos importan a los que las declaran. Luego, un par de recuerdos en dos placitas y... a por otra guerra.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Hoy se siguen fabricando armas que serán usadas antes o después con mejor o peor justificación, pero siempre con tan catastrófico resultado.
EliminarUn abrazo.
Solo queda justificada la defensa. Defenderse del nazismo fue necesario, pues de haberlos dejado hacer, tal vez nosotros no habríamos nacido. Defenderse contra Napoleón, -lo dejo claro en mi novela UNA CASA PINTADA DE GRIS- fue también necesario. Y no se ha homenajeado bastante a todos los héroes de hubo, que fueron muchos.
ResponderEliminarEl problema es que en la defensa se refugia y acopia un armamento que antes o después deja víctimas. ¡Claro que hay que defenderse!
EliminarUn abrazo.
Lo que tendría que evitarse a toda costa, son las guerras civiles. Las que dividen hermanos. Y cuyo odio se queda incrustado en los genes como una maldición que perdura siglos.
ResponderEliminarAquella división de hace 80 años sigue vigente en los herederos. ¡Qué horror!
EliminarUn abrazo.
Las guerras son crueles, se matan personas desconocidas que igual podrían haber sido excelentes amigos...Lo que no entiendo es que después de pasar muchos años de una guerra donde las rencillas habían desaparecido y que si queda algún superviviente ( de los que lucharon) tiene que ser muy mayor,que a estas alturas vuelvan los recuerdos y rencores en una generación que no pasó por aquello. Con lo agradable que es llevarse bien con todo el mundo y crear contínuamente la paz.Saludos
ResponderEliminarTampoco lo entiendo, Charo. Creo que la única explicación es que los nietos se empeñan en tapar las vergüenzas de los abuelos.
EliminarUn abrazo.