Asoma por el horizonte
un ascua de luz como media
corona
con destellos disipando las
sombras;
se instala la mañana
victoriosa
y el rubio es casi un doblón
de oro
tomando altura sobre el
collado.
Bajo mis pies, nace una
sombra balbuciente
como si se estirara y estirara
hasta perderse,
dibujando las hoces del río
y las de la carretera
escoltada de álamos
y ensayando mimos silenciosos
en mi pecho
.
Tiemblan las hojas su
verdiblanco
como si detectaran su
presencia;
al pasar el puente, se dibujan
sus piernas
en la cantarina corriente
y la hierba de ambas orillas
aplauden la realidad del
nuevo día;
bien sé yo lo que enciende
mi ánimo
y cómo han pasado las dudas
del alba
como luz que pronuncia tu
nombre.
Amanece, que no es poco, Paco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cada mañana, cuando despierto, me lamento de no haber dormido algo más, pero al tiempo doy gracias por despertar, que no es poco.
EliminarUn abrazo.
'bien sé yo lo que enciende mi ánimo'; motu proprio me lo apropio.
ResponderEliminarUn pronunciado abrazo
Me sabe a piropo que te apropies de palabras mías. Con gusto las comparto contigo.
EliminarPronuncio tu nombre mientras te abrazo.
Preciosa descripción de un amanecer.Saludos
ResponderEliminarGracias, Charo, y preciosa tu respuesta.
EliminarUn abrazo.