18 julio 2019

LASTRE QUE ME LACERABA




Observo, percibo, aprecio,
que mi tesoro
son la suma de mis recuerdos.
Deduzco que estaré vivo en tanto
consiga memorizar hasta el menudeo,
la calderilla que suena
y evoca risas y quebrantos
como quien pasa las cuentas de un collar
mirando de reojo pasar el tiempo.
Llega un momento
que es más poderoso el balance
que los presupuestos y los sondeos
y las elucubraciones.
En el silencio, en mi apartado silencio,
mascullo, amontono y atesoro
como una especie de álbum
de todo lo que soy, de mi ser íntegro,
de lo que recuerdo. Entonces,
los fui recopilando en la mochila de los días;
mas pesaba tanto, que tuve que aliviarme
y opté por descartar todo lo que me escocía.
Atesoro los recuerdos,
pero procuro olvidar los negativos, el desagradable
lastre que me laceraba a todas horas.

8 comentarios:

  1. Hay que ser selectivo y atesorar solo lo bueno o lo que nos dé alguna enseñanza para mejorar.
    Un abrazo, Paco.

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    1. A la hora de atesorar, hay que desprenderse de lo nocivo, así la patata podría no contamina al resto.
      Un abrazo, Cayetano.

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  2. Esta bien recordar solo lo bueno, pero estamos hechos de lo bueno y de lo malo que no has ocurrido o hemos realizado, es lo que hay.

    Un abrazo.

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    1. Sin duda que estamos hechos de lo uno y lo otro. Lo malo nos ha servido para enderezar el rumbo, pero una vez tomadas las medidas, al olvido, para que no se nos arrugue la sonrisa, Emilio.
      Un abrazo.

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  3. Me gustaría hacer lo mismo pero mi memoria me traiciona y me trae a la mente todo aquello que quisiera olvidar.Saludos

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    1. No es fácil, pero se consigue con entrenamiento, Charo.
      Un abrazo.

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  4. A pesar de los pesares, el cantar de los cantares.

    Recuerdos

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