Me gustaría que me
entendieras
sin necesidad de palabras,
al menos sin tener que
repetirlas:
tan solo un gesto,
una señal, una equivalencia
a cuando dos hombres
─de otra época─
rubricaban un contrato
dándose la mano.
Si me conoces,
si conoces la música de mi
ritmo cardiaco,
una mirada
en el espejo ideal
donde fundirnos y
unificarnos.
Aquí me tenéis
ResponderEliminarCon la mirada detenida
y la vida en las manos.
Un abrazo rubricado
Me uno a tu rúbrica, Merche, henchido de agradecimiento.
EliminarUn abrazo.
Una mirada lo dice todo. Y más con el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Tienes razón, Cayetano. El tiempo es un gran maestro.
EliminarUn abrazo.
Bonito entenderse así.
ResponderEliminarBesos.
Es mágico, pero no se logra de hoy para mañana, Amapola.
EliminarBesos azules.
Los ojos son el espejo del alma....
ResponderEliminarY el visor de los adentros, Rebek.
EliminarUn abrazo.
Preciosa y enigmática mirada la de la imagen.Saludos
ResponderEliminarUna mirada que habla sin palabras...
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