Como roca, inerte, fuerte,
robusta
e indeformable viendo pasar
el tiempo;
testaruda, de pensamiento
indeformable
salvo por el chasquido del
rayo,
si acierta a abrirle una
brecha
y la hace divisible.
Piedra que cree sustentarlo
todo
desde los cimientos al alero,
el todo en todos;
su verdad pétrea es
troncocónica,
clave de la clave, sostén
del arco y las cuerdas,
angulosa en sus aristas y
vértices cortantes,
muy cortante. Salvo para los
enclaves
de su predilección, donde me
encuentro.
Dime, roca, ¿cuántas
esquirlas
te ha costado cada uno de
tus ángulos?
Tantas como para casi volverme polvo.
ResponderEliminarUn conmovido abrazo
Ese es el sino de la vida, desgastarnos viviendo, afilando las aristas a base de dolor y sacrificio, Merche.
EliminarUn pétreo abrazo.
Ay, si las piedras hablarán.
ResponderEliminarFeliz día, Paco.
ResponderEliminarMe dolió cada esquirla. Eres, lo máximo en blogs, Paco. Siempre me sorprendes. Eres renovación constante.
ResponderEliminarBesos.
Mejor dejar a un lado esas esquirlas y centrarnos en la fortaleza de la piedra.Saludos
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