Fotografía de Escolástico Martín, "Tico" |
Una gaviota planea sobre el
mar
y el agua es silencio suave
y azul
que observa las maniobras;
parece rozar el agua, pero
ha trazado
una paralela a la superficie
como quien otea un fondo de
aventuras.
Una leve brisa pone acento
musical
a este ocaso dorado que ha
de dormir
por el acantilado de los
sueños
allá donde el Atlas es
misterio;
en la penumbra hacia el
levante,
dos cañas enhiestas en la
arena
y un pescador que dormita la
espera
como quien ha colgado las
prisas en el perchero.
Si tuviera que pintar el
paraíso,
usaría estos mismos colores,
ninguno arrebatado, sino
dulce pastel
que se asemeja a la posible
idea
del Creador insuflando la vida.
Cae la noche como cae la
pátina
sobre una obra de arte inmaculada
y sin posarse ni
estridencia.
Cuando haya cerrado la noche
todos los postigos
y el portalón del día y las
estrellas
hagan feria en este
encuadre,
será el momento de volver a
casa
y seguir soñando con esta
realidad,
estampa común de cualquier
día.
Maravillosas creaciones las del anochecer y el poema que tan bien lo describe. Felicidades, maestro. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan, por tus excesos para conmigo.
EliminarUn abrazo.
¿Qué planeará la gaviota?
ResponderEliminarUn abrazo veraniego, Paco.
Espero que no planee un plan de pensiones porque eso no toca ahora, no es el momento adecuado.
EliminarUn abrazo.
Me encanta!!! Es bellísimo de principio a fin. Qué gran poema de los ojos y las manos de un grandísimo poeta. Enhorabuena. Voy a leerlo de nuevo. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Lucre, ojalá pienses lo mismo en una segunda lectura.
EliminarUn abrazo.
Que bonito. a mi me parece una estampa nada común, más bien, especial. Precioso
ResponderEliminarBesos y un gran abrazo
Muchísimas gracias, Arantza.
EliminarUn abrazo besado.
La Naturaleza es sorprendente y siempre nos regala bellos colores.Saludos
ResponderEliminarEs cosa de que nos fijemos en ellos, que salgamos a su encuentro y no nos pase desapercibido. Gracias Charo.
EliminarUn abrazo.