Manos versátiles que cuidan,
que tejen arrumacos,
que se ovillan al dolor, a
la fiesta,
que manejan las atenciones
con mimo;
manos que se desvelan
por el sufrimiento ajeno,
que piensan, que actúan, que
meditan,
que toman medidas;
manos que ponen emplastes,
que manejan apósitos,
que suturan heridas
que liban el polen de amor;
manos superlativas,
manos que alcanzan el casi
infinito,
que rozan, que erizan la
piel;
manos que suspiran,
manos que se manchan en
barro ajeno,
manos que se implican,
que multiplican esmeros,
que dividen congojas,
que aman.
Hacen tantas labores, buenas y malas, que parecen tener vida propia.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
No hay miembro inútil en el cuerpo, salvo quizás el apéndice, pero las manos son la virtud del ser humano. ¡Venga esa mano, Cayetano!
EliminarUn abrazo.
Las manos, nos hace humanos.
ResponderEliminarUn abrazos
Muy significativo, Emilio, y hasta muy sonoro.
EliminarUn abrazo.
" Pulía sus virtudes y erosionaba, hasta casi hacerlos desaparecer, sus defectos."
ResponderEliminarUn apretón de manos
Gracias, Merche, por recrear con mis palabras.
EliminarUn abrazado apretón de manos.
Manos trabajadoras y amorosas...
ResponderEliminarBesos.
Las manos, como el vuelo de una Mariposa Azul, expresan sus sutilezas.
EliminarBesos.
Maravillosas manos las que describes.Saludos
ResponderEliminarEn las manos todo lo buenos y todo lo malo: las caricias y los golpes.
EliminarUn abrazo.
Tan dúctiles, tanto para lo bueno como para lo malo. Eres un gran observador y pensador en todo. Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosa María.
EliminarUn abrazo.