09 julio 2011

RETROSPECTIVA


Ayer me fui a bañar a la playa de Marbella por antonomasia. Son muchos los kilómetros de costa y muchas las playas del litoral de Marbella, pero en los años cincuenta la playa era ésta, bajando desde la Alameda y a los pies de la Avenida, donde se encontraba el primer y único chiringuito, entonces llamado balneario, propiedad de los hermanos Sánchez. El resto de las playas tenían nombre: el Faro, la Fontanilla, el Fuerte, san Ramón; ésta no tenía una denominación específica que yo recuerde, pero era la más populosa y cercana, la única que entonces contaba con un chiringuito. Esa memoria me hizo trasladarme el pasado más que vivir la escucha de la vecindad circundante como ayer. Por cierto, es curioso que siendo tan celosos de nuestra intimidad, en la playa el contacto es casi físico y, por lo común, nadie se priva de comentarios que no haría en otro lugar menos distendido.




Acababa de terminar el examen de ingreso y bajamos por unas amplias escalinatas, pavimentadas de blancos cantos rodados y púlcramente colocados haciendo figuras, a la playa para descalzarnos y remojarnos los pies. Cada vez que permanezco de pie a la orilla del mar, de cualquier mar, y el agua escarbaba la arena bajo mis pies, viene a mi mente ese primer encuentro marino; el agua en su retroceso me había provocado un cierto mareo, tal vez un poco confuso junto al movimiento incesante y desacostumbrado de las olas. No recuerdo el examen escrito, pero sí un examen oral defendido frente a un tribunal sobre un estrado que en nada me recordaba a mi maestro don José de la Escuela Nacional. Me dieron buena nota, pero fue la única vez que no sufrí en un examen, precisamente porque no era consciente de lo que hacía. Luego, durante los cursos que se sucedieron, esta playa era lugar de juegos habituales.


En la foto de la época, se aprecia, en la parte central, el edificio del Instituto recién inaugurado; en el margen superior izquierdo la torre de la iglesia de la Encarnación, debajo la arboleda de la Alameda y los jardines de la Avenida; en primera línea los palos y cañizos del ya nombrado chiringuito, y a la derecha algunas pequeñas casitas y el primigenio hotel El Fuerte, donde acabado el bachillerato tuve mi primer puesto de trabajo. Con tantos recuerdos y tan fundamentales en mi vida, comprenderás lector, que ayer, más que oír las conversaciones de mi entorno sobrevolar las páginas de mi lectura, estaba asistiendo como protagonista a esta retrospectiva de hace ya bastantes décadas.

9 comentarios:

  1. Que bonito es recordar Francisco. Poder disfrutar de ellos es vivir dos veces.
    Un placer pasar a dejarte un saludo amigo.

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  2. La memoria nos lleva de paseo. Es enriquecedor tener historias que te envuelven. Beso

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  3. A mí me encantan las retrospectivas, recordar, dejarme llevar por olores, colores, lugares, canciones...

    Se emociona uno mucho con estos asuntos revival, eh, Francisco? Pero está bien.
    me alegro por tu momento retro.

    Un abrazo, ya seguir disfrutando!
    ;)

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  4. Estoy teniendo problema de conexión a internet. Se ve que este sistema inalámbrico veraniego también se toma vacaciones y no me está permitiendo comentar. Hoy no he podido subir a mi blog hasta bien entrada la tarde. A cuantos me siguen, a cuantos sigo, pido disculpas y la promesa de ponerme al día en cuanto me sea posible. Un fuerte abrazo a todos.

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  5. Ay, qué bonitos recuerdos y cómo ha cambiado todo Francisco.
    Hace 20 años o más que no piso las playas de Marbella, supongo que habrán cambiado mucho.

    Un abrazo.

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  6. Que lindo eres...todavía que dedicas parte de tus vacaciones para comentar tus aventuras y recuerdos, nos pides disculpas por las fallas de internet...por Dios!!! Disfruta de esas bellezas, las del paisaje tanto como las esculturales que los ojos se han hecho para ver..rejuvenece recordando tus anecdotas y maravillate de lo afortundo que eres al tener lo que tienes..
    Muchos besos, bañista..

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  7. Que rico, vives cerca de la playa?

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  8. Gracias por acordarte de tus amigos virtuales hasta en las vacaciones. Es un gusto poder seguir leyendo tu blog.
    Un abrazo.

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  9. nada fácil abstraerse del bullicio pero se ve que los recuerdos pudieron más. Un beso, Francisco

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