Es el principio,
es el boceto
de la primitiva forma;
entre los dedos divinos
del perfil primero
-aún sin soplo-
paréntesis hacia la vía
de la que surgirá la vida.
El barro es la premateria
que culmina el tiempo,
el dúctil arquetipo del día sexto.
Cuando el alfarero
trabaja el barro,
sus dedos parecen
buriles desgajados
de las manos de un dios menor
que juega a crear otro universo.
Muy bonito, sí señor.
ResponderEliminarMe ha recordado la forma en que Saramago trataba al barro en una de sus novelas.
Un saludo.
(Reyes)
Personalmente, el modelado de barro es una de las experiencias más placenteras que he tenido en la escuela de arte.
ResponderEliminarPreciosa entrada.
Un beso
Me gusta ver a los alfareros crear sus obras, me embelesa cómo de un trozo de barro nace un objeto. Es increíble cómo los sabios dedos dan forma a un trozo de materia. Buen texto amigo!!! BESITOS Y SALUDITOS DESDE CÁCERES.
ResponderEliminarEl alfarero y el escultor, creadores de sueños hechos realidad.
ResponderEliminarUna bella entrada.
Un beso.
Perfecto y hermoso Francisco.
ResponderEliminarUn gran abrazo y disfruta de los que te quieren y del verano. Q todo t salga idóneo.
hermosa poesía, un alfarero y su obra me dan la imagen del hombre y la tierra unidos por el agua
ResponderEliminarbesos