Ya me he referido en otra ocasión a la fauna de mercadeo que se ofrece por entre las hamacas y tumbonas de la playa, pero no digo que se trate de algo novedoso, sino más abundante que lo fue siempre. Antes, hace ya muchos años, era frecuente encontrar al fotógrafo con un animalito a la caza y captura de los niños y de los bolsillos de los padres; ahora con la proliferación de cámaras digitales y las instantáneas de los teléfonos móviles han desaparecido los fotógrafos. También es histórico el heladero y el hombre de las patatas fritas y los refrescos. Me cuentan del hijo de un conocido que cobró el subsidio de paro y empleó en Mercadona el total de la paga en latas de refrescos para venderlos en la playa y salir de sus circunstancias con dignidad.
Lo que sí es novedoso son las chinitas que ofrecen masajes sobre tu misma toalla playera. Vienen provistas de unas cartulinas plastificadas en las que explican sus diferentes ofertas y especialidades. Hoy los más numerosos son los negros vendedores de vestidos, camisas, bikinis, pareos, bolsos, relojes… No eres tú, es el mercadeo el que va en tu búsqueda a la parcela de arena donde te tuestas o te refugias del sol. He oído que los comerciantes de Benalmádena se quejan de los vendedores ambulantes y de la consecuencia económica en la merma de sus ventas y seguramente no les falta razón, aunque había que analizar si en las presentes circunstancias económicas comprarían en sus comercios todos los que ahora lo hacen en la playa.
La mayoría de esos negros vendedores –todos ellos subsaharianos- son somalíes y han llegado a nuestras costas huyendo de la hambruna endémica que padecen, hambruna reconocida estos días por Naciones Unidas -que no deja de ser la misma de siempre- consecuencia de la mayor sequía de los últimos 60 años, con la invariable pérdida de cosechas y ganado y la subida brutal del precio de los alimentos básicos. Somalia ha venido viviendo en una situación de continua inseguridad alimentaria, violencia y fragilidad durante los últimos 20 años. Por tanto, hoy hablamos de una emergencia dentro de un bucle que se traduce en un hambre masiva, brutal y letal que a todos nos debería conmover. Desde la hambruna de 1992, cuando ésta se cobró la vida de 300.000 somalíes no había padecido el país una catástrofe similar, aunque siempre en la paupérrima escasez. Parece que los dirigentes del mundo han encontrado trabas burocráticas para salir de inmediato al frente, pero los 11 millones de personas amenazadas por esta sequía en el Cuerno de África no pueden esperar más.
Ayer, mientras almorzaba, una imagen de Somalia en televisión me hizo sentir la mayor impotencia del mundo. Me pareció demasiado lleno mi plato y demasiado absurdo el día a día consumista que tenemos.
ResponderEliminarEs tremendo que esto pase aún en un planeta con las más altas tecnologías.
Un beso
Tu entrada, una vez más, hace pensar, pero los que realmente pueden hacer algo no toman decisiones y el resultado es casi irreversible. ¡Tantas cosas hay que remediar! y una parálisis generalizada envuelve el planeta.
ResponderEliminarFrancisco, ya sabes lo que siento con este tema .
ResponderEliminarUn abrazo
(Reyes)
Yo me siento culpable todos los días por poder comer...
ResponderEliminarTremendo tema nos traes hoy.
ResponderEliminarBueno Francisco, ahora me toca a mí, me despido de vosotros hasta mi vuelta.
Un abrazo.
Lo de las Chinitas, más bien Filipinas, masajistas tengo para contar una experiencia curiosa, nos ocurrió en Perú, un compañero de ONG con una pequeña molestia en la espalda debido al largo viaje (sobre 15 horas en avión), se puso en manos de una de estas chicas filipinas, tras el masaje lo dejó jodido durante todo un mes, no podía ni moverse, le tuvimos que ayudar a trabajar en lo poco que podía, fue horroroso.
ResponderEliminarSaludos
Lo de Somalía se repetirá una y otra vez mientras Europa se limite a darles peces y no a enseñarles a pescar, a estructurar un país que no tiene estado ni la menos organización.
ResponderEliminarDijiste..
ResponderEliminar"Parece que los dirigentes del mundo han encontrado trabas burocráticas para salir de inmediato al frente, pero los 11 millones de personas amenazadas por esta sequía en el Cuerno de África no pueden esperar más..."
y yo me pregunto aqui en mi mente estrecha de conocimientos políticos..Como para armar una guerra contra países de medio oriente, o hasta los subdesarrollados, los dirigentes del mundo como los llamas, se unen desplegando millones en tecnologías y armas, sin importar el costo humano?
No sería lo correcto preservar la vida humana en esos lugares menos favorecidos donde el hambre acaba con personas que no tienen opción para vivir en un mundo que se supone es de todos?
Ay..tocaste un tema fuerte con esto de las personas que tienen que huir de sus paises por hambre y que encima son tratados como escorias, como plaga en el país que llegan...debe ser muy doloroso no tener un lugar en el mundo..
Siempre es un placer leerte...bss
Hola Francisco!!! un tema muy real y muy triste el que abordas pero creo que la solución la tienen los políticos que no sean corruptos. Si quieren pueden hacerlo pero hay demasiados intereses creados para involucrarse del todo!!! BESITOS Y SALUDITOS DESDE CÁCERES.
ResponderEliminarTrágica la situación en el cuerno de Africa como hace décadas cuando veíamos a los niños de abultado abdomen en Biafra. No se avanza mucho en ese continente, en parte por la inestabilidad y los gobiernos con apariencia de estados, pero con realidades tribales casi siempre. En la reseca Somalia de la que nos habla, además, leí el otro día sobre los problemas de presencia que tienen las organizaciones humanitarias, todas, por los grupos dominantes por allí, musulmanes muy integristas; aunque parece que esto se está arreglando algo, si será mala la situación. Un saludo cordial, Francisco.
ResponderEliminarpor nuestras playas aún no he visto chinitas pero sí todo lo demás que mencionaste y estoy de acuerdo en que los compradores de la playa dificilmente hubieran hecho lo mismo en los negocios de alrededor. Es la oportunidad, es el momento de estar ahi, te lo llevan a tus pies, se desviven en mostrarte y hasta aceptan regateos que ningun comerciante aceptaría. Los vendedores de la playa lo saben y lo aprovechan, por supuesto
ResponderEliminarel hambre en somalía, no puedo agregar mucho a lo que escribiste, por ahí remarcar que recien ahora las Naciones Unidas hacen el reconocimiento en voz alta cuando ya es una verdad a gritos desde hace muchisimos años. De ahí a acciones concretas, no lo sé, no quiero hablar o criticar porque desconozco el tema, solo se me ocurre que si están haciendo algo, por ahora es más que insuficiente
besos Francisco