La mayoría de mis lectores no sabrán qué significa ir de moraga, en cambio si les dijera que estuve de barbacoa hasta imaginaría el crepitar del fuego antes de hacerse brasas. Una moraga viene a ser una barbacoa, pero de sardinas y en la playa. En la costa malagueña era costumbre que en época estival la gente hiciera fuego sobre la arena y asara sus propias sardinas, cosa que hace tiempo que está prohibido, pero el ayuntamiento de Marbella ha colocado una serie de contenedores en distintas playas sobre los que sí está permitido hacerlo con la debida autorización previa.
Mi primo Paco es un experto moraguero, virtud que no todo el mundo goza. “Tú vas a solicitar el permiso y yo me ocupo del resto” Me personé a primera hora en la municipalidad y con más rigor del imaginado y con la firma del concejal, finalmente obtuve la autorización por escrito. Él se ocupó de ir de madrugada a la lonja y comprar una caja de sardinas; más tarde de hacer las previsiones de pan y bebidas para unas veinte personas y el hielo poco antes de la hora del comienzo.
Habíamos quedado al atardecer, cuando el sol ya no hiere sino acaricia en su despedida. Ya estaba dispuesta la carpa azul y las provisiones bajo ella. Tras los saludos, el encendido del fuego y la disposición de algunas mesas plegables y cada quien sus propios asientos playeros. A poco se había inundado el aire del aroma inequívoco y apetecible: los espetos en su punto ofreciéndose suculentos.
El sistema de asado es bien sencillo, pero requiere de cierta pericia. En un espadín de caña, tallado al efecto, se ensartan las sardinas por el lomo de forma que las espinas queden por el mismo lado de la caña; como en la playa siempre corre algo de brisa, los espetos se pinchan en la arena cercana al fuego por el lado donde abanica el aire, de forma que no pueda darle al pescado la llama, sino el calor próximo del fuego. De esta forma no se queman, sino que se hacen lentamente manteniendo la jugosidad. El moraguero, experto él, coloca primero al fuego la parte por la que da la espina, de forma que con la contracción del asado no se caigan las sardinas; luego vuelve el espeto y se termina de hacer por el otro lado.
La fiesta, el disfrute, los aromas, los complementos, los cuentos, las historias, los chismes, los chistes, los juegos… todo lo que conlleva reunirse un numeroso grupo de amigos no pretendo exponerlo al detalle, ya que mis inteligentes lectores tienen la imaginación suficiente como para no necesitar explicitarlo.
Qué ¿Dando envidia? a fe que lo has conseguido. No hay nada que me guste más que unas sardinas asadas, recién pescadas en el puerto. Cuando bajo al sur es mi primera visita:)
ResponderEliminarQue sigas disfrutando de estos días en buena compañía.
Un beso
Está muy al lo que haces Francisco. Eso de contarnos cosas sí y encima con foto, hasta se huele y la boca se hace agua. No te lo perdonaré nunca. Beso.
ResponderEliminarFrancisco, por favor ¿como puedes comparar una moraga a una barbacoa?, no hay ni punto de comparación, una buena moraga en la playa con sardinas en un mes sin "r", eso es bocado de cardenal, por mucha barbacoa que tengamos.
ResponderEliminarPor cierto que en la costa granadina,se han prohibido este año las moragas, menudo cabreo se han pillado los chiringuitos de la zona.
Tomate una a mi salud, aunque la pagues tu.
Saludos y sigue disfrutando como te veo de tus vacaciones.
A esa moraga me apuntaría yo. He probado los espetos en alguno de mis viajes, pero me imagino que en compañía de amigos y familiares sabrán mucho mejor.
ResponderEliminarAquí se hacen las sardinas a la parrilla, sobre las brasas y resulta un plato exquisito: "Bocatto di cardinale" para ser más papista que Emilio Manuel. Un provechoso saludo
Hummm ¡Qué rico!
ResponderEliminarAquí en Gran Canaria los asaderos son en la actualidad más bien de carne. Las sardinas quedaron casi relegadas al olvido, pero de vez en cuando unas sardinillas fritas... Hummm ¡qué ricas!
Buen provecho, Ángel
No me gustan las sardinas, ya lo siento, pero sí sé de los espetos y la tradición moraguera...
ResponderEliminarYTtal y como tú lo cuentas, hasta rabia me da que no me hgusten las sardinas, para haberme puesto a segregar... jejejeje!
El sábado, pasado, festividad del Carmen, estuve en Santurtzi, ya sabes, "Desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla..." Y con la intención de que mi compañía se relamiera con unas sardinitas que le vuelven loco, pero...oh cielos, se puso a llover y encima no había sardinas ni rastro de ellas en todo el puerto! No veas qué rabia, qué dusgusto!
Teníamos que habernos montado en el metro y habernos apeado un "poquito más abajo", en la playa de Marbella, está claro!
;)
A seguir disfrutando Francisco!
Y nosotros que lo veamos!
Un besote!
;)
No hay nada mejor para comer en la playa que una buena asada de sardinas.
ResponderEliminarVeo que estás disfrutando de lo lindo, me alegro.
Pronto me toca a mí.
Un beso.
Acabo de llegar de un viaje pero no me importaría nada irme a hacerte compañia.
ResponderEliminarPasatelo bien . Un beso
Mas que las sardinas, (no se puede negar que están riquísimas), lo que de verdad se ve divino es esa reunión al ocaso...El toldo azul, las sillas, la familia y amigos...la luna al caer la noche y el delicioso sabor de una historia contada con cariño..
ResponderEliminarA lo lejos...muy muy lejos, también ha llegado el aroma..
Besitos
Hola, Francisco:
ResponderEliminarA la próxima me invitan, he quedado con ganas de compartir y disfrutar un buen rato.
Abrazos.
Veo que lo pasas muy bien y si el momento se guarda en una foto mucho mejor. Aprovecho esta oportunidad para visitar tu blog ya que en donde estoy la conexión a internet no es continua.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se creerá que he cenado hace un ratito y leyéndole ya se me ha abierto el apetito. Y es que deben estar de miedo. Un saludo.
ResponderEliminarPues me apuntaría a esa "moraga", no sólo me ha entrado hambre sino también muchísimas ganas de disfrutarla al lado de esa playa de la foto.
ResponderEliminarBesos Francisco.
A seguir disfrutando de la vida.
Desde luego puedo asegurar que un espeto de sardinas asadas en la playa es una auténtica delicia que todo el mundo debería probar alguna vez.
ResponderEliminarJo, qué envidia. Menos mal que hace dos fines de semana estuve con mi padre en Marbella y me comí unas sardinillas... si no no te lo perdono :-)
Carlos.
ah pero qué delicia... en verdad no sabía lo que era una moraga... vaya, buenas fotos! que linda fiesta y rica comida, ya me antojaste!!!
ResponderEliminary supongo que la reunion con amigos tiene casi mas importancia que la moraga misma, no? se los ve felices
ResponderEliminarun beso
En las costas de Granada se les llama espetos y la moraga es otra cosa, una forma de cocinar las sardinas con limón, ajo y perejil.
ResponderEliminar¡Ah! Y no han prohibido los espetos en las playas. Fue una cuestión de permisos al principio de verano.