30 julio 2011

EL PEQUEÑO FILÓSOFO

Hoy me he topado con un filósofo de lo rural, una de esas personas que en la sencillez de sus palabras todo lo reviste de un halo de misterio y una base científica enraizada en la observancia de la naturaleza. A pesar de que muchas de sus afirmaciones son deslavazadas, la trabazón de sus argumentos siempre remite a esa observancia de la que se siente testigo, aunque evidentemente no tiene respuesta para todo.


Como paradigma del origen universal tropieza con el tópico del huevo o la gallina y termina asegurando que todo dimana de la nada, la cual fluye y se transforma. Creo que ha debido oír algo. ¿Cómo puede fluir lo que no es y menos aún transformarse, cuales son los pasos y el principio generador? Quise hacerme una idea, darle forma a cuanto le escuchaba y mi rudimentaria imaginación no alcanzaba a intuir ese flujo de la nada autotransformable en vida. Ahora bien, se mostraba compasivo con el maltrato animal, contrario a la violencia machista, ejemplarizaba con los métodos selectivos de la flora y fauna y lo usaba como remedio y guía de la sociedad, ahora en absoluta decadencia por su alejamiento del mundo natural. Todo me parecía un sin sentido, mantenido por el mínimo de cortesía del encuentro fortuito y la conocencia desde la lejana infancia.

Pero en medio de la sarta de tanta doctrina infusa, dijo algo que me sorprendió y que me pareció muy aprovechable: “Me gusta ganar y que mi adversario no pierda”. Se colocaba en la primera línea de las oportunidades, de las que hablaba reiteradamente, pero vivía y dejaba vivir: de hecho no le ha ido nada mal en los negocios que ha emprendido. Seguramente su experiencia rural le ha enseñado también que no es bueno que el hombre esté solo y que únicamente compartiendo tiene futuro aprovechable el egoísmo innato del hombre. Algo positivo, una clara lección sí que saqué de este encuentro: todo el mundo tiene algo que decir, aunque no todos tienen quienes les escuchen.

7 comentarios:

  1. Este ciudadano ¿Marbellí?, tiene lo que en argot se llama "gramática parda".

    No me fío mucho de las personas que sueltan ese tipo de frases, eso de "me gusta ganar y que mi adversario no pierda" se las he oído decir a empresario que han machacado a sus socios y empleados, es difícil ganar sin que otros pierdan, lo queramos o no es la ley de la vida o de la evolución así lo contaba Darwin o Alfred Russell Wallace.

    Un saludo

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  2. Siempre se les llamó a los habitantes de las zonas rurales,catetos,gente de gramática parda.
    Muchas de las cosas que sabían,era por observación,de oídas o por presenciarlo y el boca a boca que hacía que muchos hechos se deformaran.
    Así y todo había gente muy buena y con valores aprendidos de la misma vida.
    Por desgracia todo se ha globalizado,lo bueno y lo malo, ha donde vayas veras más de lo mismo.
    Francisco, muy bonito tu escrito, a veces es bueno hablar con los vecinos de los pueblos, aunque ya no son los mismos de antaño.

    Saludos cordiales.

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  3. Hola Francisco!!! Un post muy bueno.
    Muchas veces prejuzgamos a las personas por su apariencia física, por profesiones que aparentemente no requieren una formación académica... pero la experiencia demuestra que de todas las personas se aprende y que muchas veces la experiencia de la vida es la mejor universidad. BESITOS Y SALUDITOS DESDE CÁCERES.

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  4. Esas oportunidades son únicas...Ya no existen personas que se dediquen solo a filosofar...nos dejamos llevar por el corre corre diario que a veces olvidaríamos hasta pensar sino fuera algo inevitable..pero como dije, encontrarse con una persona así es una suerte..un Sócrate moderno..eso es un lujo!!
    Espero lo hayas disfrutado...ah!! La imagen es lindaaaa...podría escribir un cuento con ella..
    Besitos..

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  5. Muy bueno el texto que hoy nos traes.
    Saludos

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  6. y pensaba que mucho de razón le encuentro a tu último párrafo, porque una buena manera de decir es escribir en un blog donde sabemos que a algunos les llegan nuestras palabras, nos escuchan/leen...que es en definitiva lo que necesitabamos

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  7. Sagaz observación, amigo, contada con compasiva y cervantina voz. "Quiero ganar pero que el otro no pierda", todo un programa de vida. Sabroso texto, que discurre con muy lograda armonía.
    Saludos blogueros

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