03 octubre 2010

EL CAMINO

El camino, que a la ida era tenebroso porque la luz del sol aún daba bostezos, se convirtió en fecundos valles orlados de frondosa y exuberante vegetación, que hacía alabanza a la generosa naturaleza, cuando el día logró rasgar el velo de la noche y la luz inundó de esplendor mis pasos.

Los miedos cedieron su lugar a la seguridad, las dudas a las certezas, la sospecha a la confianza, la vacilación a la certidumbre…    y es que la luz todo lo transforma.

3 comentarios:

  1. Si no tenemos certeza hacia dónde vamos, efectivamente las dudas se ciernen sobre nosotros en forma de sombras incoherentes.
    La claridad disipa estas dudas cuando son iluminadas adecuadamente.
    un abrazo y feliz domingo

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  2. La luz lo transforma todo y entre luces y sombras nuestra vida va transcurriendo entre ratos alegres, tristes,buenos y no tan buenos. Como a todo el mundo, me gusta más el amanecer que el ocaso, pero cuando a veces me sumerjo en él me quedo embobada ante la oscura belleza que lo envuelve.

    Precioso post mi querido Francisco. Un fuerte y calido abrazo.

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  3. Muy cierto amigo, es así en la naturaleza y en la vida también.........

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