Si el único poder real que existe es el económico; entonces, qué sentido tiene hablar de democracia. JOSÉ SARAMAGO
Hace días que vengo dando vueltas a la cabeza sobre las medidas económicas que ha tomado nuestro gobierno y sigo sin encontrar las claves de tanta contundencia. No me quejo de la congelación anunciada para las pensiones, pues ya sabemos que lo congelado es más duradero, pero de muy distinto signo es la merma de un 5% en los haberes del funcionariado y el casi olvido a la cooperación, prestaciones sociales y ayuda al desarrollo.
Nuestro presidente parecía obstinado en favorecer a los más débiles, algo que no todo el mundo cree lo más oportuno; los liberales, por ejemplo, creen que hay que terminar con las ayudas y los subsidios y que cada cual salga adelante por su propios medios; la patronal ha propuesto más trabajo por menos dinero. Sí, ya sé que todos hacen guiños, pero se abarata el despido, se temporalizan los trabajos, se pordiosea la contratación… Resulta que estamos llevando a cabo la misma política que los países europeos gobernados por la derecha. ¿Qué importa que nos gobiernen unos u otros? Esa no es nuestra pelea: no son los gobiernos los que cuentan.
Ya es casi inmediata la entrada en vigor de la jubilación a los 67 años, y aparejada a ésta, el baremo de los últimos 20 años de cotización para el cálculo de la pensión. Si bien la esperanza de vida parece no estar en contradicción con esta medida, la práctica va por otros vericuetos. Ahora se está jubilando la inmensa mayoría de la población laboral antes de los 65 años; no digamos los que son empleados de banca o grandes empresas y sus muchas prejubilaciones. Si los jóvenes de hoy acceden al mundo del trabajo a los veintitantos –el que lo consigue-, si después de los 45 hay que arbitrar medidas especiales para que las criaturas consigan un empleo, y si por otro lado las empresas tienen al alcance de sus bolsillos despedir a precios módicos, una vez entrada en vigor la nueva ley, ¿cuántas personas llegarán a jubilarse en sus puestos de trabajo a los 67 años?
La pregunta no es retórica ni baladí. Lo que se avecina es que la mayoría de los trabajadores llevarán años parados y con cotizaciones cero cuando les llegue la edad de jubilación, por lo que el baremo de los últimos 20 años para el cálculo de la pensión les estará mandando al escalón ínfimo de la exclusión social, si es que no alcanzaron antes ese rango. Como muy bien dijo José Saramago, “Si el único poder real que existe es el económico; entonces, qué sentido tiene hablar de democracia”, ¿Por qué no nos gobiernan directa y abiertamente los dueños del dinero?
El poder siempre ha estado en manos del dinero ... parece ser la conclusión. Un tema que presentas con claridad y que nos deja llenos de interrogantes.
ResponderEliminarUn saludo con mis deseos de un felíz fin de semana.
Yo creo que el dinero es como la lluvia, necesaria, pero en exceso, solo trae problemas.
ResponderEliminarEstaría bien que nos gobernaran los que tienen el dinero, como una empresa, no sé si el resultado sería mejor o peor, pero lo que si estoy segura, es que sería diferente,tendriamos una opción más, y en nosotros estaria en elegir cual nos conviene mas.
Un fuerte y calido abrazo
Creo que planteas con una gran claridad el tema, Francisco. Y aviados vamos si la alternativa es el PP y el programa del que hoy por fin se ha atrevido Rajoy a destapar un poquito (solo un poquito, no vaya a ser que las encuestas se le rebelen): recorte brutal de empleo público y de inversión social, a la manera de James Cameron.
ResponderEliminarPor otro lado, Nerim, ¿qué significa exactamente "que nos gobernaran los que tienen el dinero, como una empresa":
Siguiendo los objetivos de máximo rendimiento económico, que son los que sigue cualquier empresa, ¿se supone que habría que suprimir la inversión pública de todo aquello que no es rentable a corto plazo?, ¿de la sanidad por ejemplo?
Humildemente, yo creo que un estado o una institución pública nunca se puede gobernar como una empresa.
He sido de las primeras perjudicadas con la rebaja del 5 % del funcionariado .
ResponderEliminarHe sido profesora durante más de 35 años y los profesores con esos años de trabajo y 60 años cumplidos nos podemos prejubilar y nos dan un dinero pactado con los sindicatos, aprobado por el gobierno y confirmado por la Comunidad de Madrid en febrero cuando solicitamos la prejubilación, y nuestra sorpresa ha sido que el ingreso ha llevado el consabido descuento del 5 % y después nos ha llegado una carta explicandonos el por qué.
Asi que va en serio lo de la jubilación y muchas cosas más si no lo paran.
Creo que ya he escrito otra vez en tu blog sobre estos temas, pero no me resisto a comentar algo, aunque un poco tarde.
ResponderEliminarLo que tú dices respecto a los despedidos (casi gratis para las empresas) antes de los 67 es evidente, se quedarán sin cotizaciones, o se llevarán años y años cobrando los 426 € de limosna que piensan seguir aportándoles (menos mal para ellos pero no hay derecho) y con cotizaciones mínimas. Ya lo dijo Corbacho antes de irse: “no se puede entender que un jubilado cobre casi lo mismo que cuando estaba en activo”. O Sea, como tú bien dices, ése es el objetivo.
Por otro lado, qué envidia los jóvenes franceses que claman contra el atraso en la jubilación que les quitará puestos de trabajo a ellos. Y los jóvenes españoles?
La sra. Chelo dice : Asi que va en serio lo de la jubilación y muchas cosas más si no lo paran.
Pero… quién lo va a parar?
Ahora, unos pocos números para reflexionar:
Sabemos que la congelación de las pensiones supone un “gran ahorro” de unos 1.000 millones para 2011. La reducción del sueldo a los funcionarios es un ahorro de unos 3.500 millones. La eliminación del cheque- bebé unos 800 millones.
También sabemos que la misión de paz en Afganistán cuesta 900 millones anuales. También sabemos que lo que se recoge para la Iglesia y otras ONG en las dos cruces que se ponen en la declaración del I.R.P.F asciende a unos 1.900 millones. No entro en subvenciones de Concordato , no sé los números.
Yo ayudo a dos ONG a través de mi Banco, no a través del dinero público. Muchos ayudan a su confesión religiosa con dinero directo.
Pero en España, mientras sigan esas cruces, se puede ser caritativo no con tu dinero sino con el dinero público.
No entro en gastos de armamento, tanques, barcos, coches oficiales, casa real (quizás esta sea lo de menos pese a lo numerosa que es), dietas a los políticos etc.. etc…
Nadie va a contemplar estas comparaciones, evidentemente.
Desde luego parece que la que nos espera sólo está empezando.