Cuentan que cierto día, coincidieron en las termas Arquímedes y Pitágoras; acababan de regresar del Ágora, donde habían estado desarrollando eminentes elucubraciones que quedarían para siempre en los anales de la ciencia. Al punto que se estaban desvistiendo, casi a punto de sumergirse en las aguas caldas, le dice el primero a Pitágoras:
- Maestro, no deje de tener en cuenta que, al sumergirse, experimentará un empuje vertical y hacia arriba igual al peso del líquido desalojado.
- Bien cierto –le responde con toda cortesía- Es algo que nunca olvido, por eso, cuando veo que dos cuadrados catetos se suman al baño, procuro salirme, al tiempo que me digo: ya están aquí esos hijos de la hipotenusa. Y garabateó con el dedo índice en el aire: a2 = b2+c2
Buenas noches Francisco me gusta mucho tu blog en general y esta entrada en particular asi que me hago seguidora de tu blog
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