16 octubre 2010

CARRIL BICI

El ayuntamiento hispalense ha descubierto en esta legislatura que tenemos una ciudad absolutamente llana, un clima con escasa pluviometría, la carestía incesante del combustible, las dificultades crecientes del aparcamiento y lo saludable que para el corazón resulta mover las piernas. Pasada la prueba de los primeros kilómetros de carril bici y la cantidad de ciclistas que tomaron las calles, ahora son ya 77 km. de arterias verdes los que recorren la ciudad, y prometen que pasarán a ser 120 km. en la primavera de 2011.


A la generalización de este medio de transporte y ocio ha contribuido el servicio de alquiler de bicicletas de SEVICI, con estacionamientos distribuidos por toda la ciudad y gratuidad de la primera media hora, lo que significa que quien usa la bici para trasladarse a estudiar, trabajar, hacer ejercicio físico moderado o a hacer un recado, tiene el transporte gratuito a condición de que él ponga la energía. Hasta ahí perfecto. Lo que no es perfecto en ocasiones es el trazado de los carriles, los árboles y las farolas en medio del camino, los pasos de cebra, las paradas de autobús en el trayecto y, por encima de todo, la educación cívica de ciclistas y ciudadanos. Obviamente no todas las calles disponen del carril específico, y entonces es cuando el intrépido ciclista circula por donde se le antoja –aceras incluidas-, a favor o en contra del sentido de la circulación y serpenteando entre los coches y las personas. Ni hablemos de la velocidad de aquellos que se creen emparentados con Perico Delgado, Induráin o Contador.

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