Sin necesidad de barajar estadísticas, grosso modo, todos sabemos los muchos fracasos que se dan en nuestro sistema educativo. Esto hace que se concite entre nuestra clase política la necesidad imperiosa de un cambio del sistema, aunque no es motor suficiente como para general un acuerdo; y es que, si bien este sea tema aparte, la política, al parecer, consiste en sacar a la luz los defectos del otro y no en estudiar conjuntamente, diagnosticar y prescribir el tratamiento más adecuado.
En mi lejana juventud, era frecuente y a veces peyorativa la pregunta: ¿estudias o trabajas? Entonces eran pocos los que estudiaban, pero también eran muy escasos los que deambulaban las calles sin ocupación alguna. La escuela era permitida hasta la pubertad, pero no era obligatorio estar en ella hasta una cierta edad: un número muy importante de los chicos de entonces entraban como aprendices de los más diversos oficios cuando aún tenían 12 ó 13 años. La sociedad actual se ha vuelto afortunadamente más protectora e impide el trabajo infantil, si bien mantiene a un buen número de jóvenes ocupando un pupitre que no aprovechan y que dificultan el aprovechamiento de sus compañeros. Hablo de la generación nini: ni estudia, ni trabaja.
Entre los 14 y los 18 años, por mucho empeño que le pongan sus padres, por mucho esfuerzo que hagan los educadores, quien no quiere no aprende, sino que se dedica a distorsionar, a entorpecer, a boicotear, a incordiar, a molestar… no hay nada que hacer; todo ello sin que ni ellos ni el resto de la sociedad nos demos cuenta que estamos arruinando sus vidas hacia la nada. Antes existía la posibilidad de ilusionar a estos jóvenes rebeldes al estudio con el aprendizaje de un oficio; entraban de aprendiz en un taller, en una barbería, en una carpintería… ¡Cuántos de los jubilados de hoy día han sido grandes profesionales con esos comienzos!
No añoro tiempos pasados, claro que no, pero suspiro por un eficaz y duradero acuerdo entre las fuerzas políticas para que la educación no baile al son de las urnas, y con la urgencia de que esta generación nini no sea una generación perdida para siempre.
Los continuos cambios de sistemas educativos, pasando de uno a otro sin dar tiempo real a ver sus efectos, siguiendo, como bien dices, el baile de las urnas, es un tremendo error que estamos pagando y pagaremos en los próximos años, cuando los jóvenes de la generación "nini" sean los adultos encargados de llevar el pais.
ResponderEliminarInteresante aportación la tuya.
Un beso
14:45. Acabo de comerme un sandwich a toda pastilla, para volver a clase a las 15:00.
ResponderEliminarLos miércoles tenemos dos horas de Formación seguida después de las clases dela mañana.
Hoy además estábamos analizando las estadísticas de los últimos resultados escolares...
Ay, amigo!
ómo ha cambiado todo! En los últimos seis cursos, yo lo llevo contabilizado, el panorama, en mi centro al menos, ha cambiado muchísimo!
La materia prima no es la misma, pero, es que los padres son los que son. No quiero generalizar, porque no es así, pero... hay tanto pasotismo entre algunos progenitores que los efectos son los que son.
Llevo 30 años en la enseñanza, las tablas me sobran, pero no dejo de sorprenderme cada día con las nuevas formas de estos chicos que ya en la pubertad empiezan a precibir su futuro: para qué estudiar, para qué trabajar? Total, te lo dan todo!
La ley del mínimo esfuerzo, y claro, luego pasa lo que pasa!
Me ha gustado mucho esta entrada, muy buena, para reflexionar.
Un abrazo, amigo!
No sé si el sitema educativo tenga parte de culpa o no, lo que si estoy segura que los ninis existen porque sus padres quieren. He conocido varios casos y en todos, los chicos tienen dinero para salir con sus amigos, movil de ultima generación gratis, ropa de marca y libertad para hacer lo que les sale en gana, mucha libertad. Y la libertad supone responsabilidad y eso precisamente es lo que los padres no les enseñan, es más cómodo dejarles hacer lo que deseen, porque seguramente,a su manera de entender, ellos son unos magnificos padres, la culpa es del sistema educativo, que no motiva a los chiquillos como debieran de hacerlo.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
El mayor problema de los hijos es tener los padres que tienen, estoy con Nerim, no existe, en muchos casos educación y motivación en los hogares, no puede el sistema educativo suplir a la familia. Pero el sistema, también falla y por lo tanto la sociedad se quiebra. Los perjudicados, los niños, los jóvenes, son evidentemente víctimas hoy que se convertirán en verdugos implacables. Si no sabe adonde poder ir, difícil elegir.
ResponderEliminar“Más vale morir sin hijos que dejar hijos impíos”.
ResponderEliminarY el gran y divino Pitágoras, por ser uno de los iniciados, nos enseñó: “Cría a tu hijo como hijo de pobre, y lo enriquecerás; críalo como hijo de rico, y lo empobrecerás.”
Escuela y Familia, binomio comprometido,
hijos y ciudadanos responsables y trabajadores...
Que interesante tu artículo sobre la generación nini. Pasaba por primera vez por tu blog y me llamó la atención porque yo hace poco también escribí sobre este tema. Volveré a visitarte a menudo. Un abrazo.
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