31 agosto 2019

CONFUSIÓN




Añorada lluvia que no llega
a regar el erial de este estío,
y aún le resta la astringencia del membrillo
a este secarral umbrío y traspillado
que el sol achicharra hasta agostarlo.

Sed, sed sempiterna, sed extrema
de tus labios en los míos,
perpetuo deseo insatisfecho;
ansias de lluvia de mi cuerpo en tu cuerpo,
labios cuarteados de enfermiza sed.

Ardor, sed, calor, fruto quemado, amargor,
coda recurrente que se enreda en tu nombre:
dormido o despierto, sed enfermiza,
ojo avizor  a la puerta entreabierta de tu sonrisa,
licencia que invita a la concupiscencia.

Sed, confusión sensorial que me desorienta
y desborda.

10 comentarios:

  1. Un placer leer tan bello poema. Saludos.

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    1. El gusto es mío, Sandra, por el favor de venir a leerme.
      Un abrazo.

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  2. Lo que pasa es que nunca llueve a gusto de todos ni hay agua disponible cuando apetece.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Hay lluvias que apetecen a diario, aunque la mente lleva una velocidad y la física otra distinta y hasta dispar. ¡Ay, Cayetano!
      Un abrazo.

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  3. Este verano, sol y calor, ni una gota de agua.

    Un abrazo.

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    1. Y así muchos veranos, Emilio. Y parece que nuestros nietos van a pasar más sed.
      Un abrazo.

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  4. Y es que quien ha probado el agua del Nilo, ya no podrá apagar su sed con otras aguas.

    Ay va, ay va..¡qué♡mareo!
    Mi abrazo

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    1. Las aguas del Nilo, las del Jordán, o las del amor. ¿Qué seríamos sin agua, y qué sin amor, Merche?
      Mi abrazo correspondido.

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  5. Sed de tierra cuarteada. La peor sed.

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    1. No te falta razón, Angalu. Y también es cierto que nada quita la sed como el agua.
      Un abrazo.

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