24 agosto 2019

ERA UN TIEMPO TRISTE




Era un tiempo triste, apagado
y con la sombra alargada de la posguerra
amartillada sobre las ventanas
y sobre las techumbres
de aquellas casas humildes
con su epicentro en la chimenea.

El luto y el delantal era el uniforme de las abuelas,
con su rodete y su peina
y sus bocas desdentadas.

Hogares incómodos, pero cálidos;
alacenas desnutridas, donde el pan y el aceite
eran el banquete diario.

En las historias familiares
se cruzaba alguna hazaña bélica
o el recuerdo de un tío o un primo
que posiblemente se quedara para siempre en el Ebro
y ahora era testimonio fotográfico
en blanco y negro
sobre la reluciente pared de cal.

Eran hogares desnudos,
salvo media docena de sillas de anea,
pero de un inaudito blancor
y sin concesiones al dispendio.

En los escasos aparatos de radio
sonaba Antonio Machín o Bonet de San Pedro;
en las tabernas: Palanca, Juanito Valderrama,
Caracol, Marchena y la Niña de los Peines.

Era un tiempo triste, apagado…

Y yo crecía lentamente
y soñaba otro universo.

9 comentarios:

  1. Buenos días. Un poema sereno que nos trae recuerdos de un pasado del que aún quedan rescoldos. Un abrazo.

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    1. Estamos en el tiempo de la serenidad, Chelo. Carreras ya, ni para sacar la cita con el médico.
      Gracias, Chelo, un fuerte abrazo.

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  2. La España en blanco y negro, como el Nodo.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Así era todo, Cayetano. ¡Fíjate en el Nodo, qué medio para estar informados!
      Un abrazo.

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  3. Como niños que éramos, soñábamos con otros universos.

    Un abrazo.

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    1. Emilio, a los de nuestra edad se nos ve el plumero, pero no hemos dejado de soñar.
      Un abrazo.

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  4. Tu poema me ha hecho llorar; era un tiempo gris, eran unos hogares vacíos de casi todo, pero había en todos ellos algo que abundaba, el amor por la familia, por la tierra y por el hogar, aunque este fuese pobre y gris, ciertamente.
    Un fuerte abrazo

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    1. Esos mismos motivos que en tí han renacido, Julia, son los que me han llevado a escribir este poema, un canto a nuestra infancia.
      Un fuerte abrazo.

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  5. Guardo gratos recuerdos de ese pasado y no lo recuerdo triste, todo lo contrario, disfruté de mi infancia jugando y haciendo trastadas con los niños de mi barrio, nos divertíamos de verdad y no recuerdo que ninguno estuviera triste, éramos felices sin tener todo lo que tienen hoy en día en cosas materiales, crecimos y salimos adelante unos fueron a la universidad y sacaron sus carreras, otros se pusieron a trabajar, nos casamos, formamos familias, en fin siento que fuimos afortunados pues lo pasaron peor nuestros padres ya que tuvieron que vivir el horror de una guerra .Saludos cordiales

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