02 agosto 2019

ESTE ESTADO




Llegue por el dolor a este estado
de comprensión de errores propios y ajenos;
sentirme aislado fue cárcel y privación
de mi dicha, mi cuidado y mi alegría.

Vivir constantemente contrariado
no fue nunca la meta mental,
ni el presupuesto,
ni atractivo, ni camino prefijado,
por eso he resuelto a todo trance
salir a toda costa del siniestro.

No me gustaba el yo de ese presente
y resolví mirar al otro lado y acercarme,
y fue tan grato verme en el espejo ajeno
que a él debo el retrato al que he llegado.

Llegué por el dolor, pero en mi estado,
es siempre peligroso oblicuarse
el yo exagerado;
es preferible reconocer las llagas ajenas
y no sentirse en exclusiva condenado.

6 comentarios:

  1. El camino correcto es el que apuntas: de vez en cuando es bueno mirar a nuestro alrededor y no estar demasiado pendiente de uno mismo. Es una buena terapia que algunos intentamos practicar.
    Un abrazo, Paco.

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  2. Llegaste a una sabia decisión.Saludos

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  3. Al curar las llagas ajenas, las propias las cura Dios... El dolor se sublima.
    Un abrazo muy grande.

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    1. Sabes muy bien lo que dices, Sara, y ahí sólo se llega por la experiencia.
      Abrazo grande.

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