Vino a visitarme el Príncipe
de las Sombras
y mi amigo, como distraído
jugando con el móvil.
Me buscaba por senderos
nunca transitados
y, aunque perdido, puse todas
las trabas posibles
para no ser sujeto
transitivo
de una oración en la que me
vi forzado
con tanta devoción como
esmerada cautela.
Sus fauces, como cráter
ardiente,
amenaza digestiva de mi
integridad
y espeluznante su eructo de
amarillo azufre.
Me revestí de opaca noche
como cloaca
y comprendí que la única
escapatoria
era hacerle frente como un
David
sin fuerzas y sin honda. Un
hielo sudoroso
bajaba por mi espalda
sajando la encarnadura
y desgajando de mí la misma
vida.
Un destello sonoro, cada vez
más próximo,
y al cabo de no sé cuánto,
me reconocí conectado a un
monitor,
mientras unos ángeles de ropajes verdes
hablaban entre ellos de la
oportuna llamada
recibida por Emergencias.
Venía a ofrecerte un cargo en su gabinete y tú lo rechazaste.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Vi cómo ocultaba la guadaña, Cayetano, y sentí miedo. Esa es mi verdad, soy pusilánime.
EliminarUn abrazo.
Yo no creo que seas pusilánime, sino precavido.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Angalu, por esa confianza que pones en mí.
EliminarUn abrazo.
Tuviste que pasarlo muy mal.tanto la lectura del texto cómo la imagen me han dado "yuyo".Saludos y me alegra que salieras del percance.
ResponderEliminarAunque uno ya acumula muchas experiencias, esta de hoy es ficción, Charo.
EliminarUn abrazo.
El malísimo siempre al acecho de la frágil voluntad y miedos. Se cuela por dentro y dejas de ser para serle; hacerle frente es saber que no saldrás indemne; causará dolor, pérdidas, heridas, aislamiento, humanas razones por las que dejarás o ni siquiera iniciarás la lucha. P(l)ocos, y en acto de fe, se sacrificarán en pos de una misión más elevada..
ResponderEliminar(¡desde luego que es 'pa' tener la gloria ganada!.)
.. como a una 'espahnua'!.
Un abrazo
Muy muy interesante tu comentario con esa grafía donde el habla toma su protagonismo.
EliminarUn abrazo.