Se ha dormido Julita
el sueño eterno,
se va con su sonrisa
camino del cielo.
Ya no podré abrazarla,
pues es incienso,
perfume para Dios,
caricia y mimo inmenso
que se eleva y se eleva
al Paraíso.
Atrás quedan los años
con sus recuerdos
de amistad imborrable
que no destruye el tiempo.
Enrique se ha quedado
sin saber lo que pasa,
pues vive ensimismado,
mente borrada.
¡Qué bien lo has hecho,
Padre,
muy bien lo has hecho!
¡Ven a secar mi llanto,
yo te lo ruego!
Una amiga o conocida, supongo.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Una entrañable amiga, cuyo esposo ha sido visitado por "el alemán" y ni siquiera sabe lo sucedido, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Un poema triste y a la vez espiritual y llena de amor. Luz y fe. Paz es lo que me transmite. Me encantan las líneas que pegué abajo, tus palabras.
ResponderEliminar"Atrás quedan los años
con sus recuerdos
de amistad imborrable
que no destruye el tiempo."
Mañana, 24 de agosto, es el aniversario de la muerte de mi hijo Patricio, quien falleció a los 29 años de ELA, o enfermedad de las neuronas motoras, Esclerosis Lateral Amiotrófica. Tus versos me consuelan, consolidan la paz que he sentido desde que dejé de estar siempre en duelo, día tras día. Gracias por eso, Francisco. Abrazos desde la fría ciudad de Bariloche, Argentina.
Tu consuelo es mi recompensa, Sylvia.
EliminarUn fuerte abrazo
Dios nos protege... aunque a veces no lo sepamos entender... D. E. P. 🌹
ResponderEliminarLe haré saber a sus hijos de tu pésame, Marcial.
EliminarUn abrazo.
Mis condolencias, Paco
ResponderEliminarMuchas gracias, Felipe.
EliminarUn abrazo.
Cuanto duele la partida de un ser querido así que me uno a tu dolor por esa amiga que ya está junto al Padre.Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Charo, por tus condolencias.
EliminarUn abrazo.
Son unos versos preciosos Francisco, los guardaré toda la vida.
ResponderEliminarMi abuela nos iluminará con su luz inmensa, infinita e imborrable allí donde vayamos.
Seguro que nos cuidará a todos desde allí arriba. Un abrazo.
Por tus palabras eres nieto de Enrique y Julita. Tu abuela le hacía mucha fiesta a mis cartas, esas de las que hoy me arrepiento que no hayan sido más numerosas. Compartí profesión con tu abuelo y eso nos llevó a conocernos y a convivir los matrimonios y fraguar amistad. Puedes sentirte orgulloso de ambos, pues lo más grande que puede ser un hombre es ser buena persona y ambos lo son y con nota.
EliminarUn abrazo.