16 agosto 2019

MONTE ARRASADO




El monte, todo ceniciento y arrasado,
una desolación de vidas en huida,
en escapada vivaz por la salida de urgencias
a la espera de un nuevo renacer.

Llegan las primeras lluvias y los regatos
son como lava talada y gris que se despeña
arrastrando el sustrato inerte.

El fuego en el monte es muerte que espera retoñar,
vida suspendida de por lustros,
hasta que de las entrañas de la tierra
nace un nuevo brote verde
y se renueva la esperanza y la vida se manifiesta
esplendorosa en los primeros rebrotes, esos que
encienden las bombillas verdes de la esperanza.

2 comentarios:

  1. Que triste es ver un monte así... produce una gran pena y cada verano la historia se repite.Saludos

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    1. Tristísimo, Charo. Lo peor es que muchos de ellos son intencionados.
      Un abrazo.

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