21 agosto 2019

ME ACOMODO EN LA SOMBRA




Busqué acomodo en la sombra,
donde poner en orden las ideas
y roturar las palabras que bullían
en mi cabeza adoptando modos y formas;
entonces,
con la cortesía de una jovencita educada,
me saludó efusiva
y ensartó una a una las perlas
que había atesorado y las fue goteando
como rezadas de un rosario.

Al cabo, solté el bloc y el bolígrafo
y puse mi atención en corresponderle.

Ella buscaba confirmación a sus elucubraciones
y las fue desgranando como gotas de agua
─con su música─
en escala de sones monótonos
que, de repente, aderezaba con alguna pregunta.

Me acomodé en la sombra
y el resto me vino dado sin pedirlo ni buscarlo.

6 comentarios:

  1. La musa.
    Nunca te opongas a ella. Puede haber una "escaramusa".
    Un abrazo, Paco.

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    1. No hay forma de resistirse, pues es un poco insistente, casi intolerante.
      Un abrazo, Cayetano.

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  2. Lo mejor y lo peor de la vida suelen venir sin pedirlo ni buscarlo.Tú tuviste un grato encuentro acomodado en la sombra.Saludos

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    1. Tal que así sucedió. Primero fue interrupción a la lectura y luego se convirtió en testo.
      Un abrazo.

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  3. Como caído del cielo. Momento de inspiración.
    Un abrazo.

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    1. La inspiración me vino servida, Sara. En verdad suele suceder con relativa frecuencia.
      Un abrazo.

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