Toda la noche la he dormido
junto a ti
en el enramado de ensueños
entrelazados
que me llevaban de tus
brazos a tus brazos,
como remolino de vértigo,
como quien tiene sed
y sueña con un hontanar
donde saciase.
Llegó el día y yo seguía
apeteciendo noche, más
ensueños
con nudos inexplicables.
Toda la noche idealizando
tus brazos,
esos que se me abrocharon al
cuello
al amanecer
y me apresaron sugerentes,
invitándome a prolongar la
noche
perdiendo la noción del
tiempo.
Junto a ti, en el borde
confuso
de tu vida y mi vida,
una singladura de mar
océano,
un vivir sin vivir
por columpiarme en tus
brazos.
Una delicia. Tiene un algo onírico ese vertiginoso abrazo que se prolonga hacia el día siguiente, dejando tan agradable sensación.
ResponderEliminarEnhorabuena por la acogida magnífica del libro; he querido darlo a conocer a través de mi blog, espero que te parezca bien.
Un abrazo :)
Ya sabes, Maite, que como Amaral, sin ti no soy nada. El libro es nuestro y te agradezco que lo sea a conocer.
EliminarToda la noche... "soñando"...
ResponderEliminarToda la noche, todo el día... todos los días. Nada supera a los sueños.
EliminarBesos.