08 julio 2016

EN LA ALACENA DE MIS RECUERDOS



En la alacena de mis recuerdos,
loza virtuosamente decorada
apara un té insípido en tu ausencia.
No sé si lo dudas, pero cambiaría
tanta porcelana, con su eco chinesco,
por la proximidad que hiciera audible
el fuelle de tu torpe respirar entrecortado,
esa ráfaga fatigada que busca con ansias
aire para tu fragua de forja fría
en la que maniobrar tus ensueños.

Los míos, mis ensoñaciones, son como nidos
de aves que albergan remansos de esperanza
entre el tupido ramaje vestido de clorofila
y las oscilaciones por las mecidas de la brisa
que agita este presente tuyo
y hace tambalear la delgada lámina
de tus férreas certidumbres.

En la alacena de mis recuerdos,
aquellos días creativos y luminosos
cuando el sol parecía nacer cada mañana
en los flecos de tu guirnalda lírica,
para llenar la vida de cánticos
y alimentarla con la escarcha de tus poemas.

4 comentarios:

  1. Aunque esos recuerdos decoren tu alacena, no hay nada como la viva presencia de aquel ser ausente.

    Abrazos.

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    1. Por supuesto que sí, Rafael, todo lo virtual es nada frente a un guiño, una sonrisa, un gesto cómplice.

      Un abrazo.

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  2. Francisco, creo que los recuerdos bellos son chispas de luz que se quedan en el alma y por siempre hacen su nido en ella.

    Nada tenemos que sea tan personal y lleno de sentimientos como son los recuerdos... Yo recuerdo y vivo cuando yo quiero, la calidez de las palabras de nuestra amiga Argentina, nos separa un océano físico y sin embargo cuantas veces la siento a mi lado y juego con las palabras que no tenía en mi vocabulario y ella nos ha enseñado.

    Te recuerdo Mª del Carmen y en mi cariño no existen las distancias, te siento a mi lado y puedo susurrarte palabras de ánimo y de amor.

    Apapachos con espuma de luna.
    Ángeles

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    1. Tus comentarios son destellos de luz, Ángeles, y me consta que ella los recibe en grandes manos.

      Besos.

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