Escucha el gemido del aire,
el llanto de otros ojos
ajenos
que también lloran la
intransigencia
de unos intolerantes que
ponen a su Dios
como pretexto, como si no
supiéramos
de la exclusividad y la
bondad del Único.
Hay un discurso canceroso,
un decir envenenado,
entre quienes siembran el
odio
prometiendo el paraíso, y
sólo es edén
de jardines calcinados
que blasfema contra la mano
del Creador.
¿Qué oscuros telares, qué
roñosa urdimbre
socava las mentes hasta
licuarlas
y pone una daga en tan
zafias manos?
Si Dios no es Amor,
no es Dios;
si no trato al otro con
amor,
no soy de Dios;
si no cuido de la
Naturaleza,
no soy de Dios;
si no respeto a todos los
animales,
no soy de Dios;
si para mí no todo hombre es
igual de digno,
no soy de Dios.
Escucha el gemido del que ha
sido degollado,
el desparramo de miembros
dispersos
─también del fanático que se
inmola─
que salpica la conciencia de
los inconscientes
y, en especial, de quienes
barajan
en el tablero funesto del
orden criminal.
Es más fácil segar muchas
vidas
que segar la hierba que
crece en el jardín.
No es fácil combatir esta
batalla,
detectar dónde duerme un
criminal agazapado
dispuesto a dar la vida por
la muerte,
como tampoco es fácil ─ojalá sea posible─
encontrar la llave maestra
que pueda oxigenar tanta
mente obtusa.
Si, hay mentes obtusas en todas partes, incluidas dentro de las religiones.
ResponderEliminarSaludos
Por supuesto que sí. ¡Son tantos los que se quedan en la periferia y no llegan a descubrir el meollo!
EliminarUn abrazo y feliz regreso.
ResponderEliminarImposible de comprender esas mentes.Tu comentario muy real.
Un abrazo.
El mundo está inmerso en una violencia incomprensible y estos son sus estallidos. Muchas gracias Katiuska.
EliminarBesos.
Duele la violencia y no tiene justificación, pero nada es en vano...Hoy se unen en todas las iglesias católicas de Francia cristianos y musulmanes...La unidad, el amor y la paz deben responder a estos actos.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño.
M.Jesús
Hubo uno que para que entendiéramos su mensaje de amor tuvo que pasar por la cruz. Somos duros de cerviz, María Jesús.
EliminarUn fuerte abrazo.