21 julio 2016

SI AMASÁRAMOS EN LA MISMA ARTESA



Si amasáramos en la misma artesa
la harina de las fatigas de la vida
con el agua y la levadura de la esperanza,
nos saldría un pan como un sol
o como la estrella polar,
como ázimos con los que regenerarnos
sin considerar que son muchos
los quebrantos que nos tocó vivir,
ni tomar en cuenta la gratuidad de lo alcanzado.

Si en el amasijo de nuestra elocuencia
dejáramos abierta la espita del agradecimiento
y ocasionalmente cerrada
la de las muchas reivindicaciones,
si tuviéramos costumbre de pesar
los favores como pesamos los pesares,
si por un momento nos viéramos
agraciados en el espejo del río que vadeamos,
si mirásemos más al otro
que a nosotros mismos,
si siendo figurantes no nos  sintiéramos protagonistas
sino comparsas de un todo único,
gozaríamos de ese pan nuestro de cada día,
aunque este fuera un trozo de mendrugo.       

6 comentarios:

  1. Hola Francisco, tu poema de hoy hace reflexionar y mirar dentro del alma aquello que como la luz del sol perdura por siempre... si pensásemos que solo aquello que hemos hecho y sembrado con amor es lo que hay de bueno en nuestra vida, nos comeríamos el mendrugo del pan duro, como exquisito manjar.

    Creo que aún en los momentos más duros o cuando vivimos sin esperanzas... es bueno mirar dentro de nosotros, porque todos llevamos la semilla divina del amor y en los que nos rodean, también hay esa misma semilla.

    Mª del Carmen, mi argentina bonita, me gustaría que con tu alma de albura, vieras cuanto amor hay en aquelos que están cerca de ti... y eso es lo importante y lo único que nos podremos llevar en la mochila de la vida cuando huya la vida que nos habita.
    Solo una sonrisa, una caricia en la mano que se acerca a ti, amasa el pan de tu amor, con el dolor que puedas tener y haz que una nueva estrella brille en tu alma cuando sonrías o roces esa mano que te da su calidez.

    Te quiero mi niña, solo puedo ofrecerte palabras, pero en cada una de ellas pongo todo el amor que supiste sembrar en mí y es una divinura que guardo en la cuna del alma.

    Apapachos con todo mi cariño, y siente la caricia que desde mi corazón te envío.
    Ángeles

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    1. Te pido perdón por no haberte respondido antes a tan precioso comentario.

      Apapachos.

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  2. Totalmente de acuerdo. Besos.
    Precioso poema.

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  3. Pero pecamos casi siempre de mirarnos nuestro propio ombligo sin importarnos el prójimo. Y así nos va.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Recuerdo que en mi infancia, cuando la gente tenía muchas menos cosas, tenía mucho más que dedicar al otro.

      Un abrazo.

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