Eres pura de sol como un
amanecer,
como nieve inmaculada al
alba
sin otra pisada que el leve
trípode
de un pajarillo que,
desnutrido,
busca migas no desmigadas.
Amaneces y apareces; te
asomas
a mi vida, ─a nuestras vidas─
también por el silencio. La
ausencia
es un diapasón que articula
fonemas:
tu ser en presencia esquiva
evocando
otro tiempo, otra medida,
otra realidad.
Eres pura de sol, puro
blancor,
pura amistad, purísima mena,
nácar reluciente con
crisoles marinos.
Eres… sigues siendo por siempre
una niña vestida de primera
comunión.
Un lujo tenerte como amigo. Y ella lo sabe.
ResponderEliminarBesos a ambos.
Tracy, los amigos son según los otros los quieran valorar. El valor no está en uno mismo sino en la apreciación del otro, en la tuya.
EliminarBesos.
Déjala crecer y que esa niña de primera comunión se convierta en una mujer igualmente pura y nacarada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya lo es, incluso anciana, pero le queda sus reminiscencias.
EliminarUn abrazo.
El sol del amanecer, el más suave... Bonita imagen para un poema. Muchos de los que quedaron en la ciudad y no pudieron escapar a los rigores de Helios, se quedarían sin duda con aquel y no con el que castiga a los mortales durante las horas centrales del día.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Ahora te ha tocado a ti, Cayetano. Que disfrutes de unas muy hermosas vacaciones.
EliminarUn abrazo
Esa niña vestida de puro sol que evoca otro tiempo, otra medida y otra realidad, nos lleva a la esencia de los principios y valores humanos, que aprendimos de chicos, cuando vestiamos de primera comunión, Francisco...Por eso amanece, aparece y permanece sin tiempo, ni palabra cada día en tus letras,amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño siempre.
M.Jesús
Hasta ese lugar es el que he pretendido bajar, María Jesús, y desvelar a la niña que sigue viviendo en la persona mayor y hasta delicada.
EliminarBesos y abrazos.