28 julio 2016

COMO UVAS EBRIAS



Tus besos, mi amor, como uvas ebrias
y tus brazos como sarmientos
que se entrelazan a mi tronco
y dejan en mis labios tanino
y regusto verde de pámpanos.

En el huracán de tus arrechuchos
todos los sueños cumplidos,
toda la cosecha centuplicada
y la pasión acentuada de nuestro ayer.

Tú lo llenas todo, lo renuevas todo
cada día como creación creciente.
En esta colisión, mi amor,
de hambre y de sed, tus besos
como alianza que sellan el encuentro
y nos eterniza en dependencia.

Desde esta orilla,
desde este presente de libación,
no quedan resquicios, ni vacíos,
ni dudas; sólo ensoñaciones.
Oh fertilidad de parra fecunda
que encarcela mi vida a tu vida
y nos arracima como uvas ebrias.

6 comentarios:

  1. La ebriedad y el amor tienen puntos en común. En ambos casos, se nos va un poco la cabeza.
    Un abrazo, Paco.

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    1. Así es, Cayetano, como la locura es la cara opuesta de la cordura, un todo por el que perder la cabeza.

      Un abrazo.

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  2. Respuestas
    1. Pues si te gusta, no dudes en practicarlo, Tracy. Ni el calor le molesta a los cuerpos que se arraciman.

      Besos.

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  3. Una preciosura, Francisco...Cuánto le habría gustado a nuestra amiga te poema...Para morir de amor, amigo.
    Mi felicitación y mi abrazo.
    Feliz fin de semana.
    M.Jesús

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    1. Conmueve leer sus palabras, esas de las que nos ha contagiado. Gracias, María Jesús, por lo mucho que me aportas.

      Besos.

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