En la espesura de la noche,
la soledad se apropia de mi
voluntad
e interrumpe el ritmo normal
de mis días;
la niebla mortecina se
empodera
de todo signo de vida
y hace romas la esquinas
de todos los edificios.
Pasa un coche a gran
velocidad
y al instante se oye el
chirriar
de un gran frenazo y su
aroma característico;
no parece haber acabado en
golpe,
pero el susto ha sido hielo
en proceso de licuación
instantánea.
Paseo mi soledad noctámbula
cuando a lo lejos ladra un
perro;
en un soportal inmediato
vomita un borracho
y sus arcadas me remueven
por dentro
con gran escalofrío.
A escasos metros,
entre cartones y envuelto en
una manta ajada,
un sin techo duerme ajeno
a todo cuanto le circunda;
mi escalofrío no encuentra aliento
y me alejo con celeridad
hacia la isla de mi acomodo.
Mejor no pasear mucho de noche.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Si empezamos a tenerle miedo a la noche, lo siguiente será tenerle miedo a la mañana, después el miedo nos atenazará.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enlazas versiones noctambulas frecuentes y desagradables. por descuido, por vicio y por miseria. Las tres son particulares y propias de un individuo y sus consecuencias. Por suerte no abordas los peligros que nos pueden llegar a nosotros, desde colectivos, o de locos agresores.
ResponderEliminarY haces una excelente inmersión en tus propias experiencias.
Me ha gustado mucho.
dos abrazos.
La noche debería servir para alejarse de la vigilia inquietante.
ResponderEliminarCuando piensas en lo que hay fuera de tu zona de confort, no te encuentras bien ni en ella.
ResponderEliminarEs más propio salir de noche, cuando nos encontramos en verano . Ahora en invierno, apetece más estar recogido y arropado en el calor del hogar.
ResponderEliminarBesos
Un paseo demasiado triste y lleno de contratiempos, mejor se está en casa.Saludos
ResponderEliminarEs mejor estar en casa y escuchar el canto de la noche. Saludos amigo.
ResponderEliminarTodos buscamos la isla del acomodo, el mundo hace daño y somos conscientes de que todos somos mundo, Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana.
La calle... Si una noche pasaran en ella, quienes se quejan de tener poco, valorarían al máximo hasta el techo más humilde.
ResponderEliminarUn abrazo.