En el viejo álbum
nuestra juventud congelada,
preservadas las sonrisas,
y casi visibles los sueños;
la llegada a Madrid
y el deslumbre del neón,
el Prado y los teatros,
la Gran Vía, los cines y el
Retiro;
las escapadas a Ávila,
Segovia,
Toledo, Chinchón, Aranjuez y
las fresas,
la nieve… esa portentosa sierra
y el descubrimiento del
cordero,
el cocido y la sopa de ajos.
Nacieron nuestros hijos
y con ellos el color
y un nuevo calor en el
hogar.
Han pasado los años,
pero nuestra sonrisa sigue
congelada
en el viejo álbum.
Es lo que tienen los álbumes de fotos, te congelan los bellos recuerdos y cuando han pasado un millón de años con todas sus vicisitudes, ahí siguen sin cambiar.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces duele mirar un álbum de fotos antiguas...
ResponderEliminarMe encantó el poema.
ResponderEliminarBesos.
Y cuando se sonríe al mirar esas sonrisas, todo el recorrido hasta hoy, tiene un valor sin medida.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Eran Felices momentos y esos quedan reflejados en el albúm de fotos.
ResponderEliminarHoy abriendo un cajón del tocador de mis padres, me encontré con una foto, de cuando era una adolescente. Ella me trajo recuerdos, de esos días en que acudía a clase junto a mis amigas.
Besos
Yo suelo mirar de vez en cuando mis álbumes de fotos y disfruto mucho viendo esos momentos congelados de otra época.Saludos
ResponderEliminar¡Qué ternura!
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