A María del Pilar Ferrari Díaz
Ella es, ella existe
y doy testimonio de su
esencia
como de su presencia
envolvente.
Tal cual. Agraciada,
espontánea,
fácil de palabra y con los
pies en la tierra;
moderada en gestos y
opiniones,
delicada caminando como un ánsar
que evoluciona por las
aguas.
Su tarjeta de presentación
es una sonrisa tan amplia
como mansa y portentosa es
la marisma;
su timbre el adecuado a su
personalidad
y el acento marcado y
salobre
como las aguas del
Guadalquivir
cuando suben de la mar
a saludar a la Puebla.
Ella es, ella existe;
no es virtual, como lo ha
sido durante años,
y nos ha dejado este regusto
que alarga nuestro encuentro
hasta que se produzca ese
otro
en el que nos hemos
emplazado.
Bonito poema a tu guapa amiga.Saludos
ResponderEliminarBonitas palabras le has dedicado a tu buena amiga. Para ella será un orgullo contar con tu amistad y habrá quedado encantado con este buen poema.
ResponderEliminarBesos
Así me lo ha manifestado. Para mí la contrapartida por haber hecho el esfuerzo de venir a mi encuentro.
EliminarBesos.
Se ve una dama serena. Me alegro de tu amistad con ella.
ResponderEliminarBello poema le has escrito.
Abrazosssssssssss
Es una mujer sencilla y de una alegría natural que le adorna.
EliminarAbrazos.
Preciosa entrada a esa bella mujer.
ResponderEliminarGracias, Tracy, por valorarlo así.
EliminarUn abrazo.
Ay, que bonito, Paco!
ResponderEliminarSoy yo la que ha visto que existen matrimonios encantadores y que es un placer haberos conocido.
Muchas gracias por esta maravilla ❤️����
Celebro que te haya gustado tanto como a nosotros tenerte cerca y departir contigo durante un rato.
EliminarUn abrazo.
Los signos de interrogación eran besitos, pero no han salido. .
ResponderEliminarA veces la informática nos ayuda a expresarnos y otras dicen lo que no habíamos imaginado. Los recibimos encantados. Mil gracias.
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