24 enero 2020

AGRIDULCE




La soledad, agridulce
como acero de doble filo:
sutil e idílica cuando la buscas
y ácida y amarga cuando
te da de bruces con ella
y se te queda la cara de niebla
y la mirada opaca y cenicienta.

Hay horas que discurren como instantes
cuando lees u oyes música;
también momentos como árido desierto
cuando no llega el saludo que conforta
o el abrazo que reconstruye y da vigor.

Agridulce: sabroso y repelente;
así es la soledad, según la mirada
que aplicas en cada circunstancia:
cuando buscas, o cuando sobreviene,
un arcoíris de tonalidades fragmentadas.

7 comentarios:

  1. Gran verdad. La soledad buscada es grata y, si andas en algo creativo, productiva. La soledad impuesta es una condena.
    Un abrazo, Paco.

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  2. Cómo dice Cayetano y tú mismo hay tal dualidad en ella que se la busca y se la teme.

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  3. Triste compañera es la soledad, muy triste.Saludos

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  4. A mí me encanta estar sola, pero existe otra soledad de adentro que es aquella que te doblega, la que te hace sentir un enorme vacío aunque estés rodeada de gente. Es la falta de amor sincero.

    Un abrazo.

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  5. Mi estimado Francisco, no es mucho pero te dejo mi saludo y abrazo vigoroso.

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  6. El otro día escribía yo eso no sé en donde, pero no con tanta belleza y sensibilidad con las que lo has escrito tú.

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  7. Cierto lo que dices amigo, yo siempre busco la soledad, me siento muy agusto con ella.... Saludos Francisco.

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