Contra este apresurado vivir,
el dulce placer
de caminar y desenfrenar la
aceleración
en la que nos precipitamos;
no es una huida, sino un
esquinazo
a este movimiento
uniformemente acelerado
que nos saca por la
centrífuga
sin fuerzas y prisionero
de una fuente energética
extraña
y cada día más cara y
contaminante,
a fuer de acumulativa.
No hay un destino,
la meta es ponerse en camino
y encontrarse con el gozo
de lo nimio o lo grandioso.
Ha quedado atrás la ciudad,
sus humos
sus coches y sus prisas;
la mirada se acompasa con el
pensamiento
y la respiración pone música
al ritmo,
los arbusto se arraciman bordeando
el camino;
echo en falta a mi padre,
quien sabía identificar,
cada planta,
cada animal, cada huella…
Tras el recodo, una avecilla
hace acrobacia
mientras liba sin cesar de
batir las alas:
nunca es barato el pan de
cada día.
El camino lo vamos haciendo con nuestros pasos. Cada uno el suyo.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Así es, Cayetano, el mismo camino deja distintas semblanzas en cada caminante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lindo Colibrí....nos enseña que aunque esté difícil, siempre se logra lo que deseamos si nos esforzamos.
ResponderEliminarPreciosas letras, amigo...
Bello poema.
DOS ABRAZOS.
Hay que andar caminos aunque nos cueste dar el primer paso. Siempre adelante.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Un abrazo Francisco
Con este frío no soy capaz de caminar, voy muy ligera si tengo que ir a algún sitio y no me dan ganas de fijarme en nada....necesito que llegue el buen tiempo para disfrutar de los paseos y la naturaleza.Saludos
ResponderEliminarTambién yo noto, que nos aceleramos demasiado y eso nos hace que no detectemos y disftutemos de lo que nos rodea.
ResponderEliminarBesos
La cuestión es disfrutar del camino.
ResponderEliminarLejos del mundanal ruido, Francisco, allá se vive mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué bonito es el caminar!, sin pausa pero sin prisa,, recreándose en el mundo que nos rodea, en la vida.
ResponderEliminarEl tiempo va de prisa y nosotros caminamos despacio para poder admirar toda esa belleza que nos ofrece la naturaleza. Saludos amigo.
ResponderEliminarEl vuelo del colibrí mientras liba, es como nuestro espíritu cuando aflora a través del pensamiento y se traduce en palabras. Acertada fotografía para acompañar al poema. Gracias por compartir tus mejores adentros.
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